Si en algo coinciden los grupos políticos, sindicatos, comerciantes, ciudadanos y turistas es que el colapso que sufre la frontera del Tarajal no puede perpetuarse por el bien de todos y la imagen pésima que se da de la ciudad. Un problema que corresponde solucionar al delegado del Gobierno ordenando a los Cuerpos de Seguridad del Estado las medidas necesarias para agilizar el tránsito de vehículos.
Esta semana los taxistas se quejaban y reconocían que los atascos tienen difícil solución, pero en la reunión con el delegado del Gobierno consiguieron arrancarle el compromiso de permitir el paso de taxis al igual que los autobuses. Lamentablemente si hay atascos ese pacto es inviable, no porque lo diga AEGC: ¿los taxis no tienen alas? Estas reuniones y acuerdos valen para salir en la foto, desahogarnos o contentar al colectivo, pero acuerdos tan simples no solucionan nada. El representante de los taxistas aprovechó para inventarse multas y poner en entredicho la labor de la Guardia Civil, pero de ésto se dará cuenta en su momento.
Hay medidas que se pueden tomar para intentar acabar o minimizar el impacto de los atascos, que garanticen la seguridad de los ciudadanos, que permitan el acceso de ambulancias al Hospital Civil y que acerquen Ceuta a Europa en materia de seguridad vial. Medidas que nunca se han puesto en marcha, pero podrían implementarse como soluciones piloto mientras se buscan fórmulas definitivas. Antes pondremos en antecedentes a los lectores.
Los vehículos que acceden a Ceuta son de porteadores marroquíes que vienen para pasar mercancía, trabajadores que viven en Marruecos y turistas en menor medida. Esos mismos vehículos son los que crean los atascos cuando salen hacia Marruecos. Las razones de los atascos son la fiscalización de los vehículos por las Fuerzas de Seguridad Marroquí y el mayor flujo de vehículos al juntarse en horas determinadas. Es importante puntualizar que muchos de los turismos que pasan mercancías pertenecen a empresarios marroquíes, los conductores son trabajadores perfectamente organizados por sus jefes y los vehículos no reúnen las condiciones óptimas para circular, porque se alteran las condiciones técnicas para introducir mercancías y son de poco valor para reducir las pérdidas si son intervenidos por los aduaneros del vecino país.
Esta es la situación; ahora las propuestas que pueden realizarse garantizando la legalidad y, por supuesto, dotando a las Fuerzas de Seguridad de los medios necesarios. Propuestas como prohibir el paso de vehículos de porteadores al 50% según su matrícula, pares e impares, medidas que se toman en algunas ciudades por distintas razones, entre ellas, de salud pública por la polución. Una idea apuntada es la de derivar los vehículos excedentes a zonas de espera como ocurre en las distintas OPE para evitar los atascos y garantizar la seguridad ciudadana.
La primera posibilidad no requiere mayor complejidad, porque se trata de prohibir el paso por matrículas. La segunda requiere de agentes y de un lugar idóneo para agrupar a los vehículos. El Polígono Industrial sería el mejor lugar, pero se hizo un polígono donde debería existir una zona de seguridad y emergencia para evitar problemas, entre ellos, el que nos ocupa. El Polígono fue y será la peor decisión en seguridad para nuestra ciudad, pero un negocio redondo para los propietarios; ahora todos pagamos las consecuencias.
Es evidente que las cosas que pasan en Ceuta no ocurren en otros puntos del país, entre ellas, que un delegado del Gobierno se preocupe de si la Guardia Civil ha denunciado a un taxista, como por ejemplo, que circulen vehículos de porteadores cuyas deficiencias son evidentes, además de ser los responsables -en cierto modo- de los atascos que se provocan. La decisión de apostar por el comercio de porteadores o fomentar el comercio de turistas marroquíes no es decisión de AEGC, pero es evidente que prohibir el paso de vehículos con estas carencias técnicas y de seguridad no sería ninguna irregularidad y los ciudadanos ganaríamos en seguridad vial.
Ayer se quejaban los empresarios de la cancelación de reservas por marroquíes después de pasar horas en la frontera marroquí para acceder a Ceuta. Esta situación no puede resolverse desde este lado de la frontera, pero se puede dotar de más personal al Cuerpo Nacional de Policía para controlar, agilizar y minimizar el tiempo de paso de turista en la zona de influencia española. También son necesarios más guardias civiles para agilizar y garantizar una mejor inspección fiscal.
No hemos hablado de los prometidos pasos hacia Marruecos, porque se trataría de convenios bilaterales que quedan fuera de la autonomía de las autoridades españolas, pero las apuntadas no necesitan convenios bilaterales y pueden ponerse en marcha de forma autónoma para implementarlas.
La pregunta es: ¿QUIEREN ACABAR CON LAS COLAS EN EL TARAJAL?
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