Que pase el siguiente

Posiblemente no sepamos aún los verdaderos motivos del cambio en la Presidencia del Comité de Árbitros de Fútbol, aunque todo parece indicar que las imposiciones nunca han sido buenas consejeras. Los experimentos mejor en casa y con gaseosa. Ya ocurrió hace años, cuando desde "arriba", y dando palos de ciego se rompió un sólido y eficaz grupo humano que llevaba, no tan mal como se quiso hacer ver, las directrices de un colectivo que era también una gran familia deportiva. Algunos, y tras años de trabajo y dedicación, nos quedamos en el camino y con ello se perdieron, definitivamente, amistades de varias décadas. Pero así lo quiso e impuso quién iba ofreciendo una Presidencia a distintas personas, mientras el puesto estaba ocupado. Por respeto a ellos es mejor omitir sus nombres.

He querido dejar pasar unos días y esperar a que el nuevo Presidente se pronuncie públicamente tras su sorprendente designación para ofrecer mi opinión de lo visto y leído estos días. De la entrevista, que no aparece en ningún medio y sí en la FFCE, hay poco que destacar.

Ramón Arias fue un buen árbitro que cerca estuvo de ascender, ya que lo hacía muy bien en los terrenos de juegos. En dos ocasiones, años 2.004 y 2.005 creo recordar, estuvo muy próximo a lograrlo. Siempre destacó por su notable condición física, buen criterio y seguridad en sus arbitrajes. A nivel local no tuvo nunca mucho protagonismo ni dedicación, su recorrido era el justo y necesario. En cambio si fué un excelente profesor en labores de enseñanza, siendo responsable de impartir las Reglas de Juego, algo que hacía muy bien durante mis años como Presidente. En esa labor se alternaba con Carlos Lara, gran árbitro, buen profesor y mejor colaborador. Ramón Arias tiene ahora la oportunidad y la obligación de gestionar el resurgir de un Comité que en los últimos tres años había tocado fondo.

Del anterior Presidente no quiero decir mucho, no es mi estilo hacer leña del árbol caído. La traición y la deslealtad sufrida, felizmente, el tiempo ha borrado. Yo habría cedido gustoso mi sillón, pero me dolió, enormemente, que me fuera arrebatado desde el engaño y la mentira, utilizando mi confianza y mi estado de salud para ello. Los resultados de esa nefasta y turbulenta presidencia posterior están ahí, ha sido un caminar con más pena que gloria. La vida y el tiempo hacen encajar las cosas y ponen, dan o quitan lo justo y merecido a cada cual. Creo que a eso lo llaman kharma.

Volviendo a la nueva etapa que se abre en el Comité quiero apuntar algunos aspectos que, para su correcto funcionamiento interno, deben iniciarse cuanto antes. Aspectos que han ido desapareciendo hasta llegar a la caótica situación actual.

Como dice el flamante nuevo Presidente me parece correcto y urgente abrir las puertas a quien quiera pasar, y nada más fácil y justo que recuperar a aquellos que tan vilmente fueron tratados y puestos en la calle de una manera cobarde y despreciable en los últimos años. Buenas personas, leales amigos, fieles compañeros y excelentes árbitros que mucho hicieron en su etapa en el Comité y no merecieron esa infame salida.

Es necesaria la recuperación de los cargos y puestos que han ido desapareciendo, tales como Vicepresidente, secretario, vocales, tesorero, informadores locales, en 3ª División y 2ªB, etc. Buscar un buen equipo de personas con experiencia y conocimiento que procedan del mundo arbitral y dispuestas a trabajar, personas a las que se les valore y compense, ya que hay recursos económicos más que suficientes. La formalización periódica de dos tipos de clases teóricas, para aspirantes y veteranos, y para ello Carlos Lara es el más idóneo y preparado. La designación permanente de Delegados Federativos y seguridad privada en todos los partidos de Regional Preferente y Veteranos. La puesta en marcha, nuevamente, de la ENAF. La elaboración y actualización de las distintas plantillas por categorías arbitrales para futuras designaciones, ascensos y descensos. Un programa de entrenamientos y preparación física del colectivo arbitral a través de un calendario de sesiones y controles. Una inmediata captación de árbitros, dirigida a centros escolares, estamentos militares, clubes, barriadas, asociaciones, exjugadores, etc. para agrandar la paupérrima plantilla actual a la que se ha llegado, teniendo, siempre muy presente, que aquí no sobra nadie. También la más que merecida subida de derechos arbitrales, tantas veces prometida como incumplida, y que siguen siendo de las más bajas de España. Recuperar los asistentes en la categoría de cadetes. Mucho es lo que hay que hacer y recuperar, estos son solo algunos apuntes de ellos. Sobre la Vocalía de fútbol sala apuntar que es un órgano técnico del propio Comité de Árbitros y debe seguir siendo parte fundamental de este.Ramón Arias tiene mucho trabajo por hacer y cuanto antes comience mejor será.

En los últimos tres años he asistido a hechos que se acercan tanto a la ilegalidad como al surrealismo. Por un lado no se puede ser árbitro y directivo o vocal a la vez, y los designados para la competición de Veteranos tienen que ser árbitros de manera colegial y efectiva al ser una liga tutelada por la FFCE. No vale el "premio" caprichoso de dos partidos en la noche a personas ajenas a la Organización Arbitral. Y no quiero dejar pasar la ocasión para hacer una referencia a Luisa Arias quien hace algo más de una temporada fue tratada de una forma mezquina y miserable. Luisa en mi epoca de Presidente siempre tuvo una magnífica conducta, dedicando mucho tiempo y esfuerzo en colaborar desinteresadamente con el Comité, especialmente con los más jóvenes y recién llegados. El fútbol benjamín y alevín de los viernes estaba, con ella, en las mejores manos posibles. Lo que hizo, siempre lo hizo bien, tenía total disposición y mucha dedicación. Nunca debió salir de esa manera después de su excelente trayectoria como árbitro y Vocal.

Poco queda más que decir, Ramón Arias merece la oportunidad de hacerlo y debe hacerlo bien, no valen ya excusas de ningún tipo, tiene conocimiento, experiencia, ganas e ilusión. Otra cosa es que le dejen claro. Si el cambio no llega a corto o medio plazo habrá que decir...¡¡¡Que pase el siguiente!!!.