“Qué mejor manera de que, a través de la cultura, España y Marruecos sean hermanos”

Un libro ideado por Consuelo Hernández trata de salvar de la ruina el Gran Teatro Cervantes de Tánger

En una semana en la que se cumplen cien años desde la creación del Gran Teatro Cervantes de Tánger, en estado calamitoso desde que en la década de los ochenta fuera dejado de la mano del azar por España y Marruecos, el Salón del Trono Palacio Autonómico acogió anoche la presentación del libro Un escenario en ruinas, un llamamiento artístico literario para la recuperación del emblemático edificio, un grito de socorro que tiene por objetivo salvar de la destrucción y la ruina un escenario único y antaño magnánimo.
Alma máter de la iniciativa, figura capital de la cultura en ambos lados de la frontera, la pintora y maestra Consuelo Hernández señaló ayer que "a través del arte, en mi caso mediante mis pinturas, dibujos y collage, hemos querido los participantes en el libro elevar una reivindicación por esta gran causa". "No es un libro en el que se haga historia del Cervantes", cuenta Hernández, "sino que es un libro artístico y literario que trata de remover una situación que da pena".
Acto seguido, la artista se cuestiona que "qué mejor manera que un monumento tan emblemático y la propia cultura sean los símbolos para el hermanamiento definitivo entre España y Marruecos".
Asimismo, de nuevo sobre el libro, la impulsora del mismo señaló que "participan además tres autores: Santiago Martín Guerrero, que ha escrito un relato titulado La rosa y el crisantemo que trata desde la construcción del teatro hasta su abandono en los años setenta; Jesús Carazo, que es novelista y dramaturgo, que ha escrito una obra de teatro merecedora del Premio Lope de Vega en 2004, titulado Último verano en el Paraíso; y Mezouar El Idrissi, poeta y traductor, que ha colaborado en el libro con su antología Habitando la noche, preciosa y profunda obra", indicó.
Respecto al hecho de que el edificio haya llegado a tal situación de ruina, Hernández explica que "el edificio es propiedad del Estado español, está en Tánger, suelo marroquí por tanto, de modo que ambos países tendrían que haber llegado a un acuerdo para su mantenimiento y para que no llegara a estar jamás tal y como ahora se encuentra. Se ha apuntalado alguna vez el edificio por parte de España pero si no se restaura puede llegarse a la ruina total. Menos mal que la estructura del edificio es sólida, es de hormigón armado y esto es una circunstancia que favorece a la restauración". "Tenemos plena esperanza de que pueda restaurarse de manera muy próxima", adelantó ayer Hernández, "sobre todo después del interés mostrado por un empresa privada de hacerse cargo del edificio", ese enclave que fue cobijo alguna vez de, entre otras, figuras de la talla mundial como Benito Pérez Galdós, Enrico Caruso, Estrellita Castro, Imperio Argentina, Antonio Machín o Manolo Caracol, una prueba fehaciente de que el Gran Teatro Cervantes de Tánger fue, antes de ser ruina, el centro cultural más emblemático de la ciudad internacional hasta los años sesenta.