Aunque no sea caótica, ni estamos en una realidad ideal ni es fácil reconducirla. Los deslizamientos geopolíticos van a lo suyo y las movidas ideológicas están enrarecidas. Así que, la deseada acción cooperativa sobre el clima vive en una constante disfunción y con la cabeza en otro lugar, en el limbo; entre las ansias democráticas y el afán autocrático. Mientras, las emisiones de gases de efecto invernadero van en aumento. Y lo hacen, ante la comparecencia de los 197 países más la Unión Europea en la cumbre de la COP29 sobre Cambio Climático, en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de este mes de noviembre. Donde una vez más se deliberará sobre esos esfuerzos globales que son necesarios para avanzar en el Acuerdo de París, adoptado en la COP21 el 12 de diciembre de 2015 y en vigor desde el 4 de noviembre de 2016. Con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 ºC
"Los deslizamientos geopolíticos van a lo suyo y las movidas ideológicas enrarecidas"
Sin embargo, y según el informe de la ONU del pasado 24 de octubre, todavía a estas alturas, para alcanzar este objetivo, se necesitan reducciones del 42% para 2030 y del 57% para 2035. De lo contrario tendríamos las consecuencias devastadoras del aumento de la temperatura hacia los 2,6° y 3,1°C, a lo largo de lo que nos queda de siglo.
Este mismo informe enfatiza lo que nos es evidente, que hay una gran niebla entre los discursos y la realidad. Y sin ir más lejos, no nos quedamos atónitos porque ya estamos acostumbrados al cambio de postura. Como la de Teresa Ribera, en su etapa de ministra contraria a la energía nuclear, y ahora favorable a ella, en su nuevo futuro como primera vicepresidenta ejecutiva de la próxima Comisión Europea. Pero más allá, en el escenario de la erosión, el cada vez más frágil Gobierno de Sánchez al servicio de los nacionalistas radicales Vascos y Catalanes, está enfrascado en su propia supervivencia. A través de la ruptura de la caja única que supone la financiación singular para Cataluña. A la que se añade la desavenencia de Ayuso en no reunirse como presidenta autonómica con Sánchez y oponerse frontalmente a esta financiación. A través de los presuntos casos de corrupción y reciente comportamiento tóxico dentro de Sumar. A través del uso de la migración por parte de Sánchez frente a la “Melonización” o cumbre migratoria europea organizada por Giorgia Meloni en Bruselas.
"No es el cambio climático, sino otro cambio, el de una alianza global anti-occidente"
El escenario está fragmentado para afrontar la crisis climática. A lo que se añaden las escaladas en los conflictos, sin luz de resolución alguna al final del túnel. Al contrario, es inquietante la llegada a Rusia de miles de soldados norcoreanos para apoyar a sus tropas frente a Ucrania. Las especulaciones contemplan que Kim Jong-un obtendría algo a cambio: perfeccionar la capacidad de sus misiles, ayuda para su programa nuclear, armas de tecnología avanzada, …
No es el cambio climático, sino otro cambio, el de una alianza global anti-occidente el que puede estar contemplando Putin en la reciente cumbre de los BRICS, en Kazán. En la que han participado entre otros países, China, Brasil, Siria, Venezuela, y sorprendentemente un miembro de la OTAN, Turquía.
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