Con la voz flamenca de ‘Rancapino Chico’, comenzará la parte de cante del Festival Flamenco tras la actuación del bailaor Rubén Olmos. Tras él, Pedro El Granaíno y Esperanza Fernández, junto al cuadro flamenco, muestra del cante entre Sevilla y Jerez, integrado por Edu Leal, Sofía Suárez, Juan José Amador, Felipa de Jerez, Chupete y Pitín hijo, y todo ellos junto a Olmo pondrán fin a la primera jornada de esta 46ª edición.
Alonso Núñez, ‘Rancapino Chico’ es joven pero lleva la casta en la voz, en el temple, en el compás y en la forma de interpretar sus cantes. El cantaor chiclanero, hijo de ‘Rancapino’, es heredero directo del más puro estilo del cante flamenco. Ha tenido y tiene “un buen maestro”, pero también ha sido un buen discípulo. Y es que, desde que en el 97 ganase el primer premio en un concurso televisivo no ha dejado de crecer como hombre y como artista. Ha compartido escenario con muchos de los grandes nombres del género y esta noche a partir de las 22.30 horas volverá a hacerlo, estará sobre el escenario de las Murallas Reales con unos artistas a los que él mismo define “con unos grandes”.
–¿Siente la responsabilidad cuando le dicen que es uno de los más importantes entre los jóvenes del panorama flamenco hoy?
– Es mucha responsabilidad, porque no es que yo me considere uno de los mejores. Me considero una persona que está luchando poquito a poco y me queda mucho que aprender todavía de mis mayores, de los que han dejado una escuela en el flamenco. Se lo debo sobre todo a mi padre, de quien he aprendido todo, y al público, él es el más importante, porque el público es el que hace al artista, a los que le dedicas tu arte y por los que debes seguir esforzándote.
–Ha aprendido mucho de su padre, un cantaor muy importante. ¿Qué puede destacar de lo que ha aprendido de él?
–Lo he aprendido todo. Pero no aprender queriendo, sino porque él es mi padre. Y el estar con él al lado ya te ayuda a aprender solo. Estás absorbiendo todas sus cosas sin darte cuenta y mi padre es mi fuente de inspiración siempre que voy a cantar. Él es el espejo en el que yo me miro y en el que espero verme reflejado.
–¿Su cante es inspiración o trabajo?
–Las dos cosas, porque para cantar hay que trabajar, pero la inspiración la llevas contigo, es algo que surge en un momento determinado, no se puede provocar, no decides cuando llega ni cómo.
–¿Cree que se puede ganar uno la vida hoy en día sin salirse del cante jondo tradicional?
–Desde mi experiencia creo que se puede siempre que sepas realmente lo que quieres hacer y encauzar bien el camino que te has propuesto, se puede, claro que sí. Hay que estudiar, no parar de aprender, siempre atento, hay que darles siempre cosas nuevas a los aficionados, que son los que te exigen, no dejar que se cansen de ti… y siempre por derecho y respetando el flamenco puro.
– Hablando de flamenco puro. ¿Cómo ve el presente y el futuro del cante jondo?
–Por lo que me cuentan antes había escuela, pero ahora hay cantaores de mucha calidad que no atraviesan las mismas penalidades, aunque es cierto, que también se presentan otras. De todas formas creo que el cante está de enhorabuena, cada vez se suman a la programación más festivales que ayudan a dar un impulso y a darnos difusión. Creo que atraviesa un buen momento, nunca se va a acabar, nunca mientras haya aficionados. Si no fuera por ellos, ninguno de nosotros estaría hoy aquí.
–¿Algún proyecto inmediato que pueda contar?
–Varios, tengo un año intenso. Además de colaboraciones con otros artistas, espero que antes que termine el año tenga finalizados dos proyectos que van de la mano: un disco y un espectáculo con lo que voy a reivindicar que el flamenco puro sigue vivo. Con ellos me voy a acordar de la tradición que nos han dejado los grandes y quiero lanzar un mensaje a los jóvenes que se adentran en el flamenco y que a veces confunden el estilo.
–¿Considera que se ha desvirtuado el flamenco?
–No exactamente. El problema es que hay artistas que les gusta hacer cosas nuevas e innovar, pero esto en el flamenco es muy complicado. Se pueden hacer genialidades propias respetando siempre las directrices del estilo, porque una soleá no se puede cambiar, se pueden cambiar las letras y añadir tus propias improntas, pero el flamenco puro siempre será un cante y una guitarra y, como mucho, unas palmas.
–¿Cómo ha planteado el espectáculo de esta noche?
–Llego con muchas ganas porque, además, es la primera vez que actúo en Ceuta. En realidad no sé como lo enfocaré porque todo surge una vez sobre el escenario, siempre canto por soleás pero el resto viene solo.
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