Próxima parada: El Príncipe

1 de julio de 2012

Ya tenemos puesta la máquina que arrastre el convoy con destino al barrio del Príncipe sobre los raíles; esperamos y deseamos que no sea una vía muerta y que en esta ocasión llegue a buen fin.

Consideramos muy positivo el paso que, tanto la Delegación del Gobierno a través de su representante, el señor González Pérez, como la Administración local con su Presidente, el señor Vivas, han dado para llegar a un compromiso de actuaciones que tendrán como objetivo la recuperación del barrio ceutí para la normalización de la convivencia ciudadana. Parece que el tono y la concreción de algunas propuestas en los diversos ámbitos de actuación hacen creíble dicho compromiso. No habría sido comprensible que los representantes de ambas Administraciones con competencias directas en nuestra ciudad, pertenecientes al mismo partido político, no se hubiesen sentado a la mesa con los correspondientes responsables y técnicos, para cerrar un acuerdo serio y que obligue políticamente a ambos.
Es obvio, que el partido político gobernante debe dar ejemplo de diálogo y consenso para poner los fundamentos de las actuaciones que en un futuro próximo se aborden en beneficio no sólo de los ciudadanos de El Príncipe, sino de toda Ceuta, y que asuma la responsabilidad de liderar este empeño. No obstante, la oposición también tiene la responsabilidad de aportar sus ideas y soluciones, sus planes y proyectos en forma activa y positiva, porque es evidente, que una apuesta seria por la resolución de los graves problemas que aquejan a los vecinos del referido barrio, no se pueden abordar sin integrar al conjunto de la sociedad, tanto administrativa como política y socialmente. Así pues, también ha llegado el momento de comenzar de abrir mesa de diálogo y negociación entre el Gobierno local y la oposición, sin prejuicios, con la clara voluntad de arrimar el hombro desde el distinto nivel de responsabilidad de unos y otros, porque si todo llega a ese buen puerto deseado, el triunfo no será de éstos o de aquéllos, sino de todos. Hace falta pues compromiso, generosidad y ningún sectarismo político, porque lo que está en juego no es tal o cual partido sino el futuro de Ceuta, y esto son palabras mayores. Es no sólo nuestro futuro, sino el de nuestros hijos y el de nuestros nietos, el de las generaciones futuras que tendrán la responsabilidad de llevar adelante un proyecto de convivencia en paz, libertad y progreso, por el que nosotros estamos obligados a hacerlo posible.
Hemos observado las propuestas del PP y de la agrupación local Caballas, y no hemos podido sino congratularnos por el alto índice de coincidencia en áreas de actuación esenciales. Sentado esto, no podemos sino preguntarnos si tan difícil es llegar a ese necesario diálogo y consenso que proponemos. Las tareas que es necesario abordar van desde lo más elemental hasta lo más complejo, pero hay que hablar claro y establecer que los proyectos hay que comenzarlos por los cimientos y no por la cubierta. De modo que para cimentar una tarea que no será cuestión de un año o dos, sino de un período (como propone Caballas de diez años con una financiación total de 60 millones de euros) más largo de actuaciones hay que poner el énfasis en los temas elementales, a saber, urbanismo, servicios, seguridad, educación y empleo. Como instrumento necesario para la ejecución eficaz y eficiente de dichas actuaciones, habrá que elaborar un censo exhaustivo y objetivo en materia urbanística, de urgencia social y de educación, pues de no elaborarse dicha herramienta se corre el peligro de errar el objetivo. Como con buen criterio propone Caballas habrá que abrir un proceso de regularizaciones para todas aquellas viviendas que no supongan ningún menoscabo para el desenvolvimiento racional del diseño del barrio, de modo que, las que no tengan cabida en este requisito tendrán que ser demolidas necesariamente, lo que no es óbice para ofrecer alternativas como la autoconstrucción sometida a inspección técnica oficial en parcelas previamente aprobadas, vivienda pública en régimen de alquiler o cualquiera otra forma viable y soportable financieramente tanto por los interesados como por parte de la Administración. Como complemento de estas actuaciones habrá que actuar en remodelación de calles, plazas y viales con todos los servicios debidamente organizados como suministro de agua potable, alcantarillado, alumbrado, soterramiento de cableado, aparcamientos, etc. Habrá servicios que tendrá que prestar la Administración local y otros, como la seguridad, que son competencia de la central, complementados con las actuaciones de la policía local. Se hace necesaria pues la construcción de una comisaria con la suficiente dotación para que la seguridad, requisito del ejercicio de la libertad ciudadana, esté debidamente garantizada.
El desafío al que nos enfrentamos abarca distintos aspectos de la vida social, siendo la educación y el empleo dos factores de sobresaliente relevancia, porque sin ellos no se puede cimentar con ambición de futuro el despegue de un barrio tantos años sometido a la incuria. Es necesario atender con criterios objetivos y de prioridad un área como la educativa, en la que se tendrá que oír no sólo la voz de las Administraciones, sino el consejo y la aportación de la comunidad educativa, es decir, profesorado y familia. Para llegar a buen puerto en esta materia, el censo será de relevancia capital porque detectará dónde están las necesidades más acuciantes y facilitará la concesión de las ayudas con carácter de objetividad y justicia, como, por ejemplo, propone el PP entregar material escolar gratuito a aquellas familias que, previa solicitud, sean consideradas en riesgo de exclusión social. La construcción de algún centro educativo para responder al elevado número de población entra dentro de lo necesario y, por tanto, proyectable. Podría plantearse la polivalencia de dicho centro para atender no sólo a la población en edad escolar, sino en distintos horarios para la alfabetización de la población y la mejora de su capacitación  mediante el dominio de nuestro idioma. Será necesario abordar también la proyección educativa hacia objetivos de capacitación laboral mediante la impartición de cursos prácticos sobre habilidades y oficios a los jóvenes y personas en edad laboral (artesanías, albañilería, carpintería, electricidad, etc.) como a nuestro juicio propone acertadamente la agrupación Caballas. En otro orden de cosas, el fomento de la actividad empresarial y de autoempleo (autónomos, cooperativas, etc.) habrá que abordarlo como una de las vías más interesantes para la recuperación del pulso económico del Príncipe, implementando cuantos estímulos sean necesarios para su consecución. Por otra parte, las mismas acciones tendentes a mejorar el aspecto de calles, plazas y vías podrían cobijar mano de obra del mismo barrio durante su ejecución. Hay todo un panel de medidas que, aunque fuesen de carácter temporal, aliviarían muchas economías y darían a más de uno de sus vecinos otra perspectiva sobre las cosas.
El señor Delegado ha hecho especial referencia e hincapié en la necesidad de implicación de los vecinos del barrio y ha apelado también al esfuerzo de toda la población ceutí. Es una exhortación que tenemos en cuenta, porque es una llamada a la toma de conciencia de los muchos problemas que es necesario enfrentar para salir de la situación deplorable en que se encuentra el barrio del Príncipe. En este sentido, y como hemos apuntado en alguna otra ocasión, la comunidad musulmana tiene que hacer un esfuerzo de diálogo interno para representar sin exclusiones las distintas sensibilidades que se presentan en su seno, propias y características de la época que nos ha tocado vivir, donde la pluralidad es signo no de debilidad sino de riqueza. Ese diálogo interno tendrá sus frutos externos cuando la interlocución con las Autoridades y el resto de la sociedad ceutí sea la vía, no sólo útil, sino de integración real de ese crisol de culturas que es Ceuta, en el que por encima de los aspectos diferenciales hay que entronizar la realidad y el sentido de ciudadanía que nos hace a todos sujetos iguales en derechos y deberes. Es necesario que la sociedad local afirme su condición de sujeto político para que nadie llegue a pensar que es materia moldeable por su falta de forma y de sustancia. Esa condición sólo se puede afirmar mediante la concienciación y la asunción de pertenencia al Estado democrático y de Derecho que es España, en el marco de cuyas leyes se defenderá si es necesario el derecho de esta ciudad a tener esperanza en un futuro mejor, con las herramientas que la modernidad ha puesto a nuestro alcance (las nuevas tecnologías, internet, las redes sociales, etc.) o con el contacto directo en la calle con sus vecinos, ante el Gobierno de nuestra Nación, ante el Tribunal Europeo de Estrasburgo o ante la mismísima ONU si fuera preciso. Nuestros representantes políticos no pueden ir más a la zaga de los derechos de todos, sino en vanguardia, levantando junto con el resto de las manos la enseña de nuestra esperanza.