El cierre de Tarajal II este martes ha provocado quejas y protestas en el lado marroquí protagonizadas por los porteadores. Después de toda la noche haciendo colas para pasar bultos se han topado con el cierre del paso y los decomisos de Marruecos. Este martes los camalos querían pasar y ganar algo de dinero pero se han topado con unos precios de bulto no acordes con la realidad y con la amenaza de los decomisos.
Delegación del Gobierno cerró el paso después de que varias de las personas no quisieran salir. En este sentido, los hombres exigían, al menos, diez euros más para ejercer su trabajo y abandonar el recinto, actitud que propició una parálisis en la actividad comercial e impidió la entrada de nuevos porteadores. Este tipo de exigencias suelen ser algo habitual, destacaba el jefe de gabinete de la Delegación del Gobierno, Juan Hernández. Una situación que se repite a menudo cuando los porteadores, ante la necesidad de conseguir un salario ligeramente superior, exigen a los empresarios un aumento en la venta del bulto, cuando el precio de este no es muy elevado. Circunstancia que suele cerrarse con la resignación de los porteadores. Sin embargo esta mañana la Delegación del Gobierno marcó el terreno y, previo acuerdo con el país vecino, decretó el cierre del paso. “No podemos obligarles a salir y esto crea una disfunción en la actividad normal. Por lo tanto, tan solo podemos decretar el cierre, previo acuerdo con Marruecos, para evitar que derive en un problema mayor”, manifestaba Hernández. Desde la sede de la plaza de los Reyes manifestaron que “no van a ceder a las presiones que le crean a los empresarios”, y con el paso emprendido esta mañana quieren mostrar quién tiene las riendas, lanzando así una señal para que conozcan que este tipo de situaciones no pueden volver a repetirse. Según explicó la Delegación del Gobierno, a primera hora de la mañana llegaron a pasar 500 personas, de las cuáles tan solo un centenar había abandonado el recinto transcurridas dos horas, lo que llegó a crear una masificación de hombres que se negaban a ceder en su postura. Circunstancia que obligó a suspender la actividad comercial para así descongestionar el interior de los polígonos y evitar que ese parón “pudiese producir una desgracia”, señalaba el jefe de Gabinete de la Delegación, Juan Hernández. No obstante, la actividad se reanudará hoy con total normalidad.
Los porteadores exigían “unos precios del bulto acordes con la realidad”
Sin embargo la acción adoptada por la Delegación tuvo su reflejo en las inmediaciones de la frontera durante la jornada vespertina, donde se congregaron numerosos grupos de porteadores. El cierre de Tarajal II provocó las quejas y protestas en el lado marroquí protagonizadas por los porteadores, ya que después de toda la noche haciendo colas para pasar bultos se toparon con el cierre del paso y los decomisos de Marruecos. Los camalos querían pasar y ganar algo de dinero pero se toparon “con unos precios de bulto no acordes con la realidad” y con la amenaza de los decomisos que tuvieron como resultado las protestas que se generaron en el lado marroquí donde los porteadores con los carros vacíos gritaron “basta ya”, manifestaban sentirse “engañados” y que la juventud fuese víctima directa de esta situación. El cierre del Tarajal II no afectó al pase de mercancías a través de ‘coches patera’ que se llevó a cabo con normalidad. Según la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma, que coordinan un mecanismo obligado para todos los coches que quieran salir de Ceuta a Marruecos e ideado para despejar la carretera de la frontera, estuvo habiendo fluidez.