De aquellos polvos estos lodos. Las protestas han regresado a Castillejos (Fnideq) y Rincón (Mdiq), al norte de
Marruecos, por la "crisis asfixiante" que atenaza a la población en la provincia de
Tetuán. El medio de comunicación marroquí presstetouan.com ha sido testigo de una nueva movilización de antiguos trabajadores transfronterizos que desarrollaban su actividad laboral en Ceuta. Una de las afectadas ha explicado que ha trabajado en la ciudad autónoma desde 2004 y hasta el cierre de la
frontera del Tarajal en marzo de 2020, oficialmente a causa de la pandemia del coronavirus.
El veto a su entrada en Ceuta persiste dado que, aunque el paso fronterizo se reabrió el pasado mayo, se hizo con restricciones y
solo pueden cruzar el mismo aquellos marroquíes que cuentan con visado. Un requisito que la mayoría incumple pero que antes no se les requería ya que les amparaba la exención de visado acreditando la residencia en la provincia de Tetuán.
"Me llamaron para trabajar 15 días; de eso han pasado tres meses"
Tras las afectadas existen historias dramáticas. Como es el caso de la entrevistada que revela que tiene una hermana discapacitada a su cargo, con muchos gastos y sin un empleo con el que sacar a su familia adelante. "Me han llamado para trabajar solo 15 días. De eso ya han pasado tres meses", lamenta esta marroquí. Recuerda que cuando trabajaba en Ceuta contaba con ayudas y, ahora en Marruecos, se encuentra desamparada y sin esperanzas, motivo que le ha llevado junto a otras compañeras a concentrarse en señal de protesta. Todas sostienen el mismo mensaje: no piden nada, solo reclaman sus derechos. No obstante, concluye sus declaraciones a presstetouan.com con un 'viva Mohamed VI'.
"Los niños están pasando hambre"
Otra de las mujeres avejentadas por el sobreesfuerzo recuerda que no hay fábricas ni nada con lo que ganarse la vida en Tetuán, Rincón ni Castillejos, de ahí que lancen este grito desesperado a través de los medios de comunicación. Parece que la zona comercial inaugurada en la vecina Fnideq no ha cumplido con las expectativas. Muchas de ellas, madres, piden al Gobierno de Marruecos que busquen una solución y que den trabajo porque son muchos los jóvenes que permanecen en desempleo. "Los niños están pasando hambre", claman las personas congregadas. La situación es preocupante para miles de familias que dependían del
comercio transfronterizo y ahora no encuentran alternativas laborales en su país.