Protagonistas de la jornada

El 24M pasará a la historia. Lo hará por méritos propios.

La representación política en la Asamblea será mucho más rica que hasta la fecha. Ayer, por fin, pudimos conocer los datos en número de escaños. Increíble que en la era de la información no pudiéramos tener los resultados a su hora. Ceuta paró de contar a las 23.00 horas del domingo, dejando en el aire un diputado. No supimos en qué partido recaería hasta las 15.00 horas de ayer. El espectáculo de la Administración inteligente es digno de quedar reflejado en los anales de la incompetencia. Bloqueo en la Administración, vacío insultante en la Delegación del Gobierno en donde a más de uno parecía venirle grande el control sobre el operativo de mayor peso para el futuro político de la ciudad. ¿Los balances de la jornada? Ante la ausencia justificada del delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, se optó por elegir el vacío absoluto de responsabilidad en la difusión de datos. Y así, ayer tarde terminamos de digerir el nuevo dibujo político de la Asamblea. Llega el momento de la reflexión. PP, PSOE y Caballas deben asumir fallos de peso. Sobre las espaldas de sus líderes está el reconocer que los resultados alcanzados no son los mejores. Elegir el prisma adecuado es clave en saber cómo orientar la posterior acción política de la legislatura que ya comienza. A Fati, en cambio, le llega otro momento: el de la digestión de una victoria que ni ella misma esperaba. MDyC es, de momento, Fatima Hamed. De la ex de Caballas dependerá el recorrido que tenga un partido que nace con vocación de asentarse pero al que le queda sentenciar el camino que termine por hacer que el éxito de la noche electoral sea algo más que un sarpullido nacido del descontento entre parte del electorado de la ciudad. Vivas. No el PP. Vivas. Porque de momento en la sede de Ainara el partido sigue viéndose sostenido por una imagen. Una marca que es responsable de las mayorías absolutas de altura que ha conseguido hasta la fecha. El desgaste ha pasado de forma sangrante. Son más de 6.000 los votos perdidos respecto a 2011. Votos que no hacen sino evidenciar la crisis que arrastra el PP de los recortes y el PP local. ¿Habrá más futuro de mayorías para los populares si se agota la marca Vivas? De haberlo, en Ainara no se han esforzado aún en comenzar a definir el camino de un relevo que empiece a sentar un poso en la sociedad. El PP deja la resaca electoral sabiéndose vencedor de cara a la galería pero lejos de lo que confiaban en lograr. La difusión de encuestas demasiado exitosas ha podido volvérseles en contra. Airear los triunfos no es bueno, menos en una ciudad tan conformista que es capaz de llevar con honor la bandera de la abstención sin rubor alguno. ¿La gente es cómoda? En parte puede, pero también existe un claro reflejo de lo que es la idiosincrasia de la ciudad, una Ceuta con un censo que no cuadra con la realidad vivida, con una población que en datos figura como residente pero que de hecho no lo es. Cada grano de arena unido arrojan un crisol de causas con las que se intenta explicar lo que sucede comicio tras comicio. La oposición, al margen del desembarco triunfal de Hamed, se reparte entre PSOE y Caballas. Los primeros siguen en su mundo. La soberbia les ha podido tanto que se han visto ridiculizados. El reparto de áreas de gobierno, la falta de respeto al ejercicio del voto autoproclamándose Carracao como próximo presidente. El PSOE hace tiempo que dejó en el camino a históricos del partido y pasó a convertirse en un club de amigos en el que solo entra el que quiere su jefe supremo. Las diferencias con el PP no son tantas. Los de Carracao solo han sido capaces de ganar 494 votos. Unos resultados que chocan con lo previsto pero que no han provocado que la directiva al completo presentara la dimisión como sí hizo Antonia Palomo, anterior secretaria general y número 1. Históricos del partido no han dudado en mostrar su malestar en facebook no solo porque no se les haya tenido en cuenta sino, también, porque no se ha producido una mínima autocrítica. El proyecto Caballas no termina de calar. Quizá ayer respiraron al saberse que el recuento final les daba otro diputado y se equiparaban con el PSOE. La diferencia entre ambos es de solo 216 votos. Alí, él sí, se marchará si su partido lo quiere. El problema no está en su iniciativa, sino en quién podría dotar de aires nuevos a una coalición que pide a gritos regenerarse.

ILUSTRACIONES DE VICENTE ALVAREZ