La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en su Sección Tercera, ha condenado a 4 años de prisión a las viudas de dos terroristas que fallecieron en zona conflicto, Mohamed Hamaduch, también llamado ‘Kokito Castillejos’, y Mourad Kadi. La sentencia, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, fue alcanzada por conformidad entre las partes, ya que las dos condenadas se confesaron criminalmente responsables de un delito de integración en organización terrorista con la atenuante analógica muy cualificada de confesión tardía. A los 4 años de prisión se suma la inhabilitación absoluta durante 10 años y libertad vigilada otros 6. Las dos mujeres llevaban desde 2017 en prisión y el acuerdo entre Defensas y Fiscalía se alcanzó verbalmente en julio, notificándose ahora la sentencia.
Las condenadas, Assia Ahmed, de 26 años -esposa de ‘Kokito Castillejos’-, y Fátima Akil Laghmich, de 21, fueron entregadas por las autoridades turcas a la Guardia Civil en verano de 2017. Fue cuando agentes del Instituto Armado las detuvieron a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para ponerlas a disposición de la Audiencia Nacional. Sobre ambas pesaba una Orden Internacional de Detención promovida por el Instituto Armado después de permanecer en territorio de Daesh durante más de dos años.
Según consta en los hechos probados, durante el año 2014 las dos mujeres “asumieron como propios los medios y procedimientos violentos de la organización terrorista Estado Islámico, organización que se enmarca en la denominada ‘yihad global’ y que promueve una interpretación totalitaria y extrema de la sharia o Ley Islámica, pretendiendo su imposición universal y la inclusión de los Estados en un denominado ‘Califato Islámico Mundial’, una vez que hayan sido abolidas las estructuras legales y democráticas de los países”.
El número de mujeres desplazadas a territorios conquistados por el Daesh para contraer matrimonio con algún combatiente, en la fecha a la que se refieren los hechos, iba en aumento, especialmente tras el mensaje del califa. Las dos condenadas marcharon con esa misión. Las dos vivían en Ceuta, tal y como se recoge en la sentencia, y en el año 2014 decidieron emprender viaje a Siria.
“En respuesta al llamamiento del califa, en el año 2014 ambas acusadas, quienes residían en Ceuta, tomaron libre y voluntariamente la decisión de trasladarse a Siria, a las zonas controladas por el Daesh”. Fátima marchó con su hijo de 10 meses de edad, “para repoblar las tierras conquistadas por la organización terrorista mencionada y para reunirse con su marido de nacionalidad marroquí”. Mientras, Assia “se reuniría con su marido, a quien había conocido por internet, cuando él ya se encontraba en territorio controlado por el Daesh y con quien contrajo matrimonió el día 28 de marzo de 2014 por la misma vía y ante un tribunal islámico reconocido como tal por la organización terrorista, recibiendo como regalo de bodas un cinturón de explosivos y con el que tuvo un hijo, al que se consideró como el primer niño español nacido en el califato. Los dos hombres, actuando bajo la influencia del salafismo marroquí, se habían desplazado con anterioridad a Siria para incorporarse a las filas del Daesh, partiendo desde Ceuta y desde Marruecos. Combatían juntos al formar parte de la misma kátiba hispano marroquí conocida como Kátiba Tariq Ibn Ziad”, se indica en sentencia.
“Las dos acusadas pretendían iniciar el viaje juntas, pero finalmente tuvieron que hacerlo por separado”, marchando de sus respectivas viviendas el 12 de abril de 2014 y el 23 de ese mismo mes “en ejecución del plan que previamente habían trazado, se sirvieron de los mismos contactos y siguieron la misma ruta para llegar a Siria; de España a Marruecos viajaron en coche y de Marruecos hasta Turquía en avión, sirviéndose de documentación de identidad mendaz. Una vez en dicho país las personas que se hicieron cargo de ellas lograron pasarlas a Siria, a zonas controladas por el Daesh, en concreto hasta la localidad de Al Bab, que pertenece a la gobernación de Alepo, para que pudieran reunirse con sus maridos y proceder así a repoblar las tierras conquistadas por el Califato, ayudando a la organización terrorista Daesh a conseguir sus objetivos”.
Tras quedar viudas volvieron a casarse con otros dos miembros del Daesh. Tras las sucesivas derrotas sufridas, se unieron en la marcha del territorio acompañadas de sus hijos, iniciando su escapada en 2016. “Se trasladaron desde la ciudad de Raqqa hasta Al Bab y allí establecieron contacto con unos traficantes de personas que se ofrecieron a sacarles del país a cambio de 1.100 dólares, proporcionándoles la documentación falsa necesaria para ello. Sus planes sin embargo se frustraron al llegar a la ciudad de Azaz, donde fueron retenidas 20 días por miembros del Ejército Libre Sirio que finalmente abandonaron a las dos mujeres con sus dos hijos en la frontera de Turquía, país al que accedieron el día 21 de diciembre de 2016 y donde una de ellas pariría a otro”.
Las dos fueron detenidas el día 12 de julio de 2017, cuando aterrizaron en Madrid en un avión.
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