El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha decretado hoy prisión incondicional por integración en la organización terrorista Dáesh para las dos viudas de terroristas, de nacionalidad española, que fueron arrestadas el martes cuando volvían a Madrid tras ser interceptadas en Turquía en diciembre.
Una de las detenidas es Asia Ahmed Mohamed, que estuvo casada con el terrorista marroquí Mohamed Hamduch, alias Kokito, también conocido como el decapitador de Castillejos, y que fue arrestada en Turquía cuando intentaba regresar a España, país al que iba a volver embarazada de otro terrorista que, como su anterior marido, murió en combate en Siria.
La otra es Fátima Akil Laghmich, también viuda de otro combatiente del Estado Islámico, Mourad Kadi, que fue arrestada en Turquía cuando pretendía llegar a España junto a su hijo de tres años.
Las dos mujeres fueron finalmente arrestadas el miércoles a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedentes de Estambul, en compañía de los hijos que tuvieron con terroristas y que serán entregados a sus familiares.
La mujer de Kokito abandonó España en marzo de 2014 para llegar a Siria y contraer matrimonio con el decapitador de Castillejos, con quien tuvo un hijo, y, un mes más tarde, Fátima Akil y su hijo de corta edad se trasladaron a Siria para encontrarse con su esposo.
De su estancia Siria se conoce que Kokito le regaló a Asia Ahmed el día de la boda un cinturón de explosivos.
Este terrorista consiguió notoriedad mediática tras aparecer en una fotografía exhibiendo cinco cabezas cortadas de supuestos soldados sirios y un cuchillo ensangrentado.
Murió en combate a primeros de noviembre del año pasado, tenía 28 años y era padre de un bebé entonces de ocho meses. Se incorporó al Dáesh en 2013 y llegó a encabezar una unidad compuesta por al menos 200 combatientes.
Las detenidas, sobre las que pesaba una orden internacional de detención promovida por la Guardia Civil, han permanecido en territorio de Dáesh durante más de dos años, en un contexto de brutalidad extrema, según informó Interior.
Según el Ministerio, ambas vivieron de manera voluntaria bajo las condiciones del grupo terrorista Dáesh, por lo que el nivel de adoctrinamiento en el extremismo religioso "hace de esas personas una amenaza potencial para la seguridad nacional".
Además, su vinculación con miembros muy activos de la organización las convierte en elementos clave para ser utilizadas como "facilitadoras" para la organización terrorista en España.
A finales de 2015 se tiene constancia del posible fallecimiento de los dos terroristas marroquíes.
La investigación a estas dos mujeres ha sido coordinada por el Juzgado Central de Instrucción número 1, del que es titular Santiago Pedraz, que al encontrarse hoy ausente ha sido sustituido por su compañero del Juzgado Central número 5, José de la Mata.
Las pesquisas que han culminado con la detención de las dos integrantes de Dáesh se ha prolongado durante más de dos años, tiempo en el que ha tenido un papel fundamental la permanente cooperación bilateral con las autoridades y fuerzas de seguridad de Turquía.
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