El Juzgado de Guardia en Ceuta ordenó este viernes el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del ciudadano francés J.O.P., de 48 años, a quien la Guardia Civil sorprendió en el embarque del puerto con algo más de 112 kilos de hachís escondidos en bombonas de gas. Está acusado de un delito contra la salud pública y permanecerá en la prisión de Mendizábal hasta la señalización del juicio oral seguido contra su persona en el Juzgado de lo Penal. Allí deberá responder ante la titular de los hechos cometidos, enfrentándose a una pena que roza los 4 años de cárcel.
A J.O.P. le dio igual viajar con sus dos hijos menores de edad. Su objetivo no era otro que pasar la droga de la manera más rocambolesca que se le había ocurrido: escondiendo la mercancía dentro de bombonas de gas de propulsión de su vehículo. Nada menos que 112 kilos y medio de hachís, valorados en 180.000 euros. Pero la Guardia Civil detectó la mercancía gracias a la sagacidad del can del Servicio Cinológico orientado por su guía, adscrito a la Compañía Fiscal.
El detenido quedó privado inmediatamente de libertad mientras que la droga que embarcaba quedó intervenida y será analizada por Sanidad antes de su destrucción, siguiendo los protocolos establecidos.
La intervención, tal y como ha explicado el Instituto Armado, se llevó a cabo en el puerto, cuando el detenido embarcaba con su vehículo, modelo Fiat-Multiplace, de matrícula francesa. Dentro portaba las bombonas previamente manipuladas y cargadas con el hachís.
Una vez que el perro marcó la existencia de droga, se procedió al desmontado del vehículo hallándose toda la mercancía perfectamente distribuida en lotes para su posterior distribución en el mercado europeo. No podrá ser así porque la Guardia Civil fue más rápida que los narcos y abortó la salida de la mercancía a la Península.
Los dos menores fueron entregados a la Fiscalía, encargada de localizar a familiares que puedan hacerse cargo de ellos. Mientras al autor de este pase le espera la respuesta por un delito de tráfico de drogas. No es el único. En lo que va de año la Guardia Civil ha intervenido más de 3 toneladas y media de droga, en el transcurso de varias intervenciones llevadas a cabo en Ceuta. Toda la droga tras su decomiso es destruida mientras que sus pasadores tienen que responder del delito que se les impone.
Este pase es, sin duda, uno de los más curiosos a los que se ha enfrentado la Benemérita en lo que va de año. Hay mil formas de pasar mercancía y cometer el delito y esta pasará a la particular historia de la lucha antidroga como una de las más particulares detectadas en Ceuta.