La
barriada del Príncipe Alfonso continúa sintiéndose abandonada, asolada en muchos aspectos. No solo en cuanto se refiere a la seguridad de estos vecinos de Ceuta, sino también a la falta de mobiliario y
salubridad de sus calles. Por ejemplo, “los actos vandálicos ha llevado a que no haya puntos de luz y esto genera que se deba cambiar la farola entera”, explica Kamal Mohamed, presidente de esta zona. Una vecina añade que “en la calle Este estamos sin luz. Llevamos así bastante tiempo y esto no debería continuar así. Por la noche da miedo”.
En relación a la luminaria, todavía quedan lugares en los que no se disponen y sufren el que se tenga que vivir a oscuras una vez que se pone el sol. “Nos hemos puesto en contacto con la consejería correspondiente, pero no nos han dado ninguna respuesta”, matiza Mohamed. Es más, “algunas de estas peticiones llevan varios años y seguimos a la espera”, añade. Un tiempo que se alarga y que lleva a la desesperación de estos caballas.
“Esta es la única barriada en Ceuta que no está incorporada al pliego de limpieza de Trace”
La limpieza en El Príncipe es otro asunto que padecen estos caballas. “Las calles están llenas de basura”, manifiesta la misma vecina, quien prefiere mantenerse en el anonimato. Los contenedores acumulan restos orgánicos, muebles y otros enseres que la gente opta por quitarse de en medio. Además, el pavimento presenta manchas provenientes del líquido que se desprende de estas bolsas u orines de los animales.
Kamal Mohamed argumenta que “esta es la única barriada en Ceuta que no está incorporada en el pliego de limpieza con
Trace a excepción de las calles principales que sí las lleva a cabo esta empresa”. Así, el personal del plan de empleo es el que realiza este mantenimiento. “Llevamos tres meses sin ellos y los suelos están repleto de desperdicios,
plagas de ratas y pulgas”, describe el presidente. Una imagen que desconcierta al vecindario, si se le suma “la mosca blanca que perjudica a las zonas cercanas a las chumberas”.
A los vecinos no les queda otra que coger escoba y recogedor en mano para preservar, en cierta medida, la salubridad del pavimento. “Si esto no es discriminación, ¿cómo lo llamamos? Mientras en otros puntos de Ceuta se baldea casi a diario, aquí nos comen la basura y las plagas”, sentencia Kamal Mohamed.