El 5 de octubre se conmemora la entrega a la Legión de la primera bandera por S.M. la Reina Doña Victoria en el acuartelamiento de Dar Riffien, esta bandera en la actualidad se encuentra depositada en el Museo de la Legión. La entrega tiene lugar en el acuartelamiento de Dar Riffien, al mando del Coronel Eugenio Sanz de Larin y ante la Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima y Octava Banderas, más el Escuadrón de Lanceros.
Habían transcurrido siete años desde que Millán Astray planteara y ordenara los primeros cuadros del Tercio, concebidos, creados y organizados como fuerza de choque para ser empleados en los puestos de mayor riesgo y fatiga, actuando en primera línea de combate e, incluso en los últimos tiempos. Fue pionera del Ejército español en las misiones de Paz que los compromisos internacionales de España exigían a nuestras Fuerzas Armadas.
Su origen se remonta al año 1920, cuando un Real Decreto promulgado por el Rey Alfonso XII el 28 de enero, dispuso la creación de una “Unidad Militar Armada con la denominación del Tercio de Extranjeros”.
Ceuta fue elegida como cuna de La Legión y el Cuartel del Rey, lugar exacto de su nacimiento. En ella se podía alistar cualquier hombre de cualquier nacionalidad y, en ella firmó el primer compromiso un ceutí de nacimiento, el 20 de septiembre de 1920. En ese momento, el Tercio acababa de nacer.
La Cuna de Tercio, adornada de mirtos y laureles, colgaduras y gallardetes, mecida por brisas marinas impregnadas del aroma de todo el litoral hispanomediterráneo, aires desde España, tuvo feliz ocasión de recibirlos condensados en manos femeninas, regias por añadiduras, que vinieron a saturar de fragancia, ternura y arrullos, el marcial nido legionario. Fue el 5 de octubre de 1927.
Concedida la Bandera al tercio de Extranjeros, los Reyes de España Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia, mostraron su interés por hacer la entrega a la Legión peronsalmente en Dar-Riffien dado la admiraciónc reciente que tanto SS.MM. como el pueblo español sentían por el Tercio.
Ahora es Riffien donde se celebrará la entrega. En el templo de las armas legionarias se concecntraron 5 Banderas y el Escuadron de Lanceros para recibir la sagrada Enseña, en el acto más solemne, histórico y emotivo de cuantos tuvieron lugar en el mágico crisol legionario.
Riffien, copo de nieve enmarcado de verde: el balndo de sus edificios, orlado de guirnaldas y en su centros, la gran plaza de armaas, ascua de plata, alimentada por los destellos de 4.000 bayonetas y sables egionarios.
A la entrada un momentmental arco con una dedidcatoria: La Legión a su Rey.
Sobre las 12 horas, y al aparecer en el Acuartelamiento los míticos jefes legionarios, los Generales Franco y Millán Asrau, se desebordo el entusiasmo de la multiud de inviitados y público en general, llegado de Ceuta, Tutuán y Larache. Los rostros de los hombres en fila acusaron las inequivocas muestras de la emotividad, cuando saudaron paternalmente al niño, hijo del herócio Valenzuela, invitado al acto.
La llegada al patio de armas de SS.MM. los Reyes de España fue muy emotia y en los rostros legionarios se mostraba el orgullo de ver en la Cuna de la Legión da los Soberanos.
Ya en la tribuna descendió de ésta S.M. la reina, acompañada del Ministro de la Guerra, dirigiéndose a pie hasta el altar, llevando la bandera para que fuese bendecida ppor el Obispo de Gallipolis.
Brillantes toques de cornetón de mando, enérgicos giros y cambios en la posición de armas de los invictos caballeros legionarios y de sus guines tremolantes. Seguidamente S.M. la Reina entrega hizo entrega de la apreciada Bandera al Coronel del tercio y dijo entre otras cosas: La Bandera que recibís llega en cada puntada de su bordado las gotas de sangre heróica que los hombres a que se destina ofrecieron como anticipo a la gloria con que llega a vuestras manos... me muestro satisfechisima este día por el honor que me dispnesa el Rey, mis esposo, de haceros entrega de vuestra Bandera... comprendoy recojo la emoción con la que vais a recibir la Enseña de la Patria, que añorábais como la mejor recompensa a vuestro servicio, porque mi corazón palpita y mis manos tiemblan al despedirme de ella. Al terminar la Sobernaa, el gentío prorrumpió en atronadores aplausos.
Terminado el solmene acto de entrega de la Bandera la Legión ofreció a los soberanos e invitados un banquete con el cual se cerraron los actos. Subidos SS.MM. los reyes en el automóvil, un espléndido Hispano-Suiza, éste en lugar de rodar, se elevó en el aire, a la altura de los hombros del los legionarios que, previamente, habían pasado bajo el vehículo barras de hierro para llevar en volandas el coche, como así lo hicieron, desde el centro del Acuartelamiento hasta la carretera general de Ceuta-Tetuán, en un trayecto de 300 metros, cuando la tarde del luminosos día comenzaba a caer y el Tercio levantaba virginal guardia de honor a la Enseña roja y gualda, regia por confección. Augusta por su entrega, y soberana por imperio de los viejos Tercios reencarnados en la joven Legión.
A la Legión. Habéis cumplido, siga su marcha heroica. La Legión gloriosa, témplese los espíritus ante su nombre y busquen guía para su conducta los que quieran llamarse legionarios, practicando su credo con firmeza.
Creemos en España, ¡Creemos en ti!, gracias compañeros, gracias amigos, ¡Gracias soldado!
Mi Coronel, querido Fco. Bartolomé has cumplido como los buenos, con alegría y firmeza. Te decimos hasta siempre, porque se nos va un gran amigo. Nuestra amistad para siempre y un fuerte abrazo a un gran coronel de la Legión que ha sabido vivir y mandar a los bravos legionarios. Enhorabuena.
Luis Manso.
Con motivo del centenario Fundacional de la Legión y el estremecedor relato de las vicisitudes vividas por la Legión española en miles de combates, al escribir estas letras pasan por mi mente infinidad de nombres ilustres y héroes, es evidente que en la agenda gráfica de la popularidad militar y africana resaltan pronto nombres que se convirtieron en ¡míticos! por su excelencia, calor y hechos de armas: Millán Astray, Valenzuela, Sainz de Larín, Rada, Suceso terreros, Linier, Yagüe y un largo etc., todos ellos son una asombrosa expresión de valor y gran estilo militar y humano, y todos ellos han sido el corazón de esa Legión gloriosa que supo servir de orgullo y defensa, de orgullo y estímulo de los prestigios de España, todos ellos supieron ser fuertes, héroes y españoles, en La Legión no tenían cabida la mediocridad, para ellos la guerra fue un deber que se cumple alegremente y con gallardía, donde se arriesga el corazón y la vida por la Patria y por cumplir la misión recibida.
Siga su marcha heroica la Legión gloriosa, témplese lo espíritus ante su nombre, busquen guía para su conducta los que quisieran llamarse legionarios practicando su Credo con igual firmeza e inspirando todos sus actos de su vida militar y ciudadana en el culto al honor, al valor, a la lealtad, a la cortesía, a la Patria y al Rey, lealtad inquebrantable a nuestro Rey y fidelidad hasta la muerte a la Bandera de la Legión, a la Bandera de España- Y lo habéis cumplido, enhorabuena Caballeros Legionarios.
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