“Prefiero equivocarme diciendo que sí a arrepentirme de decir que no”

Ceuta y Málaga son su principio y su fin. Este ceutí, del barrio de Villajovita, esconde un talante muy abierto, detrás de una primera impresión que parece chocar con lo que después descubre uno manteniendo una larga conversación con él. Cuando su padre tuvo que hacer las maletas por motivos profesionales para irse a Málaga se le vino el mundo encima. De hecho, aprovechaba los paréntesis de sus estudios para volver a Ceuta y hacer como que seguía ligado a la ciudad.
Poco a poco se fue aclimatando a la capital de la Costa del Sol, porque no tenía otro remedio. El deporte, especialmente el balonmano, y conocer a la que hoy es su mujer le ayudaron para adaptarse a su nueva vida en Málaga.
Con el paso de los años se hizo fuerte en el balonmano y encontró en el mundo educativo su salida profesional, concretamente en el Instituto Pablo Picasso, que convirtió en su segunda casa desde el año 1979 hasta el 2008.
Ahora acaba de dejar la dirección del Ministerio de Educación para ser candidato del PSOE al Senado. Dice que no es “ningún marrón” aceptar esta responsabilidad y apela a su personalidad para explicar su decisión de dar este paso político.

–¿Cómo le siente a un joven tener que irse de Ceuta?
–Muy mal, mi padre, por cuestiones laborales, se tuvo que ir a Málaga y tiró de mi madre y entonces sus cuatro hijos, el mayor de trece años y el más pequeño cono nueve meses. Allí empezamos a residir en un piso y se me vino el mundo encima porque yo estaba acostumbrado a vivir la calle en el barrio de Villajovita.
–¿Fueron momentos duros?
–Personalmente sí, de hecho mi madre me mandaba a Ceuta a estudiar cuando no tenía clases y así estuve hasta el año 1971 cuando conocí en Málaga a la que hoy en día es mi mujer, lo que me hizo relegar de las frecuentes visitas a esta ciudad.
–¿Qué es lo que más añorabas?
–La vida en la calle y a mis amigos porque el entorno de Málaga era muy diferente. En el barrio de Villajovita era un niño muy inquieto y luego me convertí en un adolescente retraído como consecuencia del cambio de vida.
–¿Te agarras al deporte como una tabla de salvación?
–Sí porque me daba acción, conocimiento de personas y de lugares porque desde los primeros años tuve la suerte de viajar a nivel escolar y federado. Hacía cross, fútbol y balonmano.
–¿Por qué te quedas con el balonmano?
–Empecé a practicar este deporte de forma casual porque un día el profesor nos dio un balón de balonmano en vez de fútbol y nos animó a hacer un equipo escolar. Me quedé en el balonmano por el ambiente del vestuario, donde había muchos jugadores que llegaron a División de Honor y algún otro a la Primera División de fútbol.
–¿Qué te reportó el balonmano?
–Muchas cosas, de hecho me hice entrenador y estuve dieciséis años relacionado con esta modalidad. Sólo abandoné un año la actividad porque me nombraron director técnico de la Federación de Balonmano de Málaga, pero luego me puse a entrenar al Caja de Ronda de la Primera División femenina y jugué con este equipo en Segunda División. Luego entrené al Torcal de Antequera y milité dos años en la División de Honor con el Balonmano Málaga.
–¿Por qué abandonas esta práctica deportiva?
–Fue en el año 1989 cuando decidí dejar de jugar y entrenar porque el compromiso con la dirección del centro educativo Pablo Picasso era muy fuerte y decidí aparcar el balonmano y centrarme en mi trabajo educativo.
–¿Arrepentido de este paso?
–No, el mundo educativo me ha dado muchas satisfacciones a nivel personal y profesional aunque sí puedo decir que un entrenador de prestigio como Juan de Dios Román me dijo que se perdía un buen entrenador, por lo que no sé si hubiera triunfado en el balonmano porque es un mundo incierto y competitivo donde un día estás arriba y luego abajo. Sin embargo, no tuve muchas dudas aunque lamenté dejarlo.
–¿Cuándo vuelves a entrar en contacto con Ceuta?
–Viajaba ocasionalmente en los años 80 y veía una ciudad escasa de servicios, era la Ceuta de los bazares pero sin más atención al visitante. No fue hasta finales del año 2004 cuando volví al contactar con gente de Villajovita a través de las redes sociales, con lo que acordamos hacer encuentros y crear una página en internet llamada villajovita.com, originando algo muy singular y difícilmente repetible, sobre todo para algunos que hacía más de treinta años que no nos veíamos las caras.
–¿Cómo te ofrecen la Dirección Provincial del ME?
–Me llamaron una tarde para decirme la predisposición a asumir el cargo y después de convencerme de que no era ninguna broma me dieron veinticuatro horas para pensarlo. Yo era director del Pablo Picasso, acababa de renovar el equipo por cuatro años, pero lo consulté con mi familia, nadie me dijo que estaba loco y acepté el ofrecimiento.
–¿Por qué asumes el reto?
–Por varios factores como el sitio, ya que no era lo mismo Ceuta que Melilla, también ayudó el momento al no tener dependencia mis hijos de mí así como el reto, que era difícil. Soy de la opinión de que prefiero equivocarme diciendo que sí a arrepentirme de decir que no porque de todas las experiencias se aprende.
–¿Ha valido la pena este paso de asumir la dirección del ME?
–Ha sido una experiencia formidable aunque han habido buenos y malos momentos.
–¿Qué ha sido lo peor de estos más de tres años?
–La frustración que no lograr aquello que quieres hacer por múltiples circunstancias y no saber explicar el por qué no se pueden conseguir determinadas cosas. La mayor frustración está relacionada con no poder construir centros así como frustra pelear para que las familias necesitadas tengan ayudas de libros y ver cómo, por una causa u otra, al final llegas más tarde de lo que quieres al principio.
–¿Con qué te quedas de esta experiencia?
–La relación con la gente a nivel de trabajo y personal a pesar de que la educación es un campo sujeto a la crítica. No obstante, concretaría la satisfacción en los campeonatos de FP por los logros alcanzados y con el salto de Ceuta de tasas de titulados en la ESO porque aumentamos en diez puntos cuando la media española fue de cuatro puntos, de ahí que estamos en el camino de la recuperación.
–¿Qué es lo que más duele de las críticas a una gestión?
–La crítica que no se sustenta en un dato real porque cuando el dato negativo tiene una base que no se ajusta a la realidad si genera un grado de malestar grande.
–¿Ser candidato al Senado es un marrón?
–Pienso que no, ni tampoco es una liberación del Ministerio de Educación. Es cierto que el valor de lo político está en franco deterioro pero es injusto porque el valor de la política es grande, de ahí que es un compromiso. Firmaría ahora mismo seguir una Legislatura más en la dirección del ME porque haría falta pero me sentiría más satisfecho con un recorrido más amplio.
–¿Quieres decir que te cuesta trabajo decir que no a algo?
–Sí, sobre todo cuando implica una responsabilidad, principalmente en unos momentos complicados para lo político como son los actuales. Estas cosas me las tomo en serio y con ilusión. De hecho, en su día me hice cargo en el Pablo Picasso de un claustro enfrentado al 50 por ciento y una década después me voy con un claustro entregado al trabajo en equipo, lo cual me genera una satisfacción enorme.
–¿Te fías de las encuestas?
–No, lo que me preocupa es trabajar para que cualquier ciudadano pueda confiar en las propuestas del partido y, sobre todo, en mi persona como representante. Me gustaría convencer de que esa representación no es un cheque en blanco sino un compromiso público y firmado ya que entiendo que los programas son un contrato con la ciudadanía.
–En el supuesto de no conseguir la victoria en los comicios ¿Con qué te quedarías satisfecho?
–Siempre me quedaré contento, independientemente del resultado. No sé si los ciudadanos me otorgarán su confianza pero lo cierto es que lo principal es que no sea por el trabajo cumplido.
–Por último ¿Por dónde pasa tu futuro?
–Ni me preocupa ni termino de saberlo porque soy funcionario dependiente de la Junta de Andalucía, tengo una comisión de servicio hasta el final de curso asignado al Ministerio de Educación y todo dependerá de lo que ocurra en las elecciones aunque no tengo ningún inconveniente en seguir ligado al ámbito educativo de Ceuta ya que me asiste un cierto interés por conocer la docencia de la ciudad desde otro punto de vista, lo cual sería muy enriquecedor. Me siento muy a gusto en Ceuta pero no me planteo nada de lo que pueda pasar después del 20 de noviembre.

El balonmano: un punto fuerte

FICHA. Aquilino Melgar Sánchez (Ceuta, 1955) ha tenido en el balonmano uno de sus puntos fuerte, llegando a ser entrenador y a jugar en la División de Honor durante dos años.
Casado con Eugenia y padre de dos hijos (Adrián y Pablo), este ceutí es el segundo de una familia de seis hermanos cuyo padre es natural del pueblo malagueño de Montejaque y su madre es ceutí.
Catedrático de Secundaria y Licenciado en Educación Física, desde junio de 2008 ha ostentado el cargo de director provincial del Ministerio de Educación, siendo en la actualidad Jefe de la Unidad de Programas Educativos.
Alcanzó las máximas cotas deportivas en el balonmano como jugador así como también hizo sus pinitos como técnico.
Le gusta todo tipo de música, en especial la clásica (es admirador de Serrat), y la lectura, preferentemente la novela histórica.