La semana pasada escribía un artículo titulado “La magia de la predicción”, en el que explicaba que había asistido a un curso en el Instituto de Estudios Fiscales sobre técnicas predictivas, a cargo del profesor e investigador César Pérez. Lo calificaba como un verdadero maestro en esta materia, al llevar muchos años haciendo predicciones sobre magnitudes económicas, que finalmente se corroboraban en la realidad. Durante esa semana de curso habíamos hecho prácticas de predicción con datos reales de la economía española. La primera predicción fue sobre el empleo y el desempleo. Los resultados fueron espectaculares y muy esperanzadores. De ellos hablé en dicho artículo. Pero prometí continuar escribiendo sobre el resto de las magnitudes con las que habíamos trabajado. Esta semana les toca el turno a los ingresos públicos. Nos mostraba en una tabla la evolución del total de ingresos por principales impuestos que estaban registrados por la Agencia Tributaria. En concreto nos mostraba el IRPF, el IVA, el Impuesto de Sociedades y los Impuestos Especiales. Finalmente incluía un cuadro con el total de ingresos. Las tablas comentaban en 1995 y terminaban en 2024. Se recogía la recaudación mensual. De esta forma en una gráfica se visualizaba la evolución de nuestra recaudación impositiva de los últimos 30 años. Recuerdo que durante la pandemia, una de las preocupaciones más importantes de la ciudadanía era cómo íbamos a financiar el impresionante escudo social desplegado por el gobierno progresista de España. En una conversación que mantuve con una buena amiga, muy afín a la derecha española, me reconocía que este escudo social no tenía nada que ver con lo que se hizo durante la anterior crisis financiera. Sin embargo, estaba convencida de que el gobierno estaba hipotecando nuestro futuro por muchos años. De hecho este era uno de los bulos que difundió la extrema derecha para ganar adeptos entre las capas más pobres de la población. La evolución de nuestra economía desmiente claramente esta mentira.
"Pero si nos vamos al campo científico, lo que está claro es que la predicción es un intento de anticipar el futuro. Es lo que hemos hecho durante esa semana de curso"
Lo primero que se observa en esta serie temporal es que el total de la recaudación impositiva mostró una línea ascendente hasta el comienzo de la crisis financiera en 2008, bajando de forma brusca hasta 2010. A partir de ahí comenzó una subida constante hasta situarse en los niveles previos a dicha crisis financiera en torno a 2020. Y aunque cuando comenzó el confinamiento por la pandemia se produjo una reducción inicial de la imposición, rápidamente se empezó la recuperación de forma clara y decidida en 2021. Esta fue la predicción que hizo César en aquellos momentos, que luego se corroboró en la realidad, que tanto desconcertó a muchos gabinetes de predicción que daban cifras catastróficas. De la misma forma, en nuestra semana de curso, el profesor César ha vuelto a predecir que en los próximos seis meses, tanto el total de ingresos, como el IRPF y el Impuesto de Sociedades seguirán subiendo de forma clara, el IVA lo hará de forma algo más moderada y también los impuestos especiales. Pero lo anterior no significa que se haya incrementado la presión fiscal respecto al PIB, pues como veremos en otro artículo, el PIB también ha subido de forma espectacular, haciendo que nuestra presión fiscal se mantenga por debajo de la media de la UE, que está situado en torno al 40% del PIB. Como explicaba en un artículo anterior, es difícil deslindar la diferencia entre los conceptos de profecía y de predicción. Pero si nos vamos al campo científico, lo que está claro es que la predicción es un intento de anticipar el futuro. Es lo que hemos hecho durante esa semana de curso. Y las estimaciones confirman la bondad de nuestra situación económica. Quizás sea esta la razón de por qué a la derecha de este país no le interesa que se hable de economía y si de su realidad paralela de la supuesta corrupción del gobierno y antes de la amnistía. Aunque ahora están intentando explicarnos su éxito en la negociación de la renovación del Poder Judicial, habiendo llegado a lo que ellos mismos negaron hace unos años.