‘Ceuta ante el espejo’ ha sido el sugerente título de la charla que ha acogido este jueves por la tarde la sede del
Partido Popular y que ha contado con una ponencia conjunta de los expertos en política comunitaria, Enrique Ávila y Agustín Fernández. A la conferencia han asistido militantes y cargos como la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani. El objetivo de la formación que gobierna en Ceuta ha sido poner en común asuntos importantes para el futuro de la ciudad autónoma como su encaje en la
UE y su relación con el país vecino. El concepto del espejo ha sido la clave de esta mesa redonda. “Hemos buscado la analogía de un espejo como la visión de Ceuta como la esperamos ver, ya que un espejo no siempre refleja la realidad porque hay cosas que son reales y otras que nos vemos”, ha detallado Enrique Ávila.
En la conferencia se ha tratado de escudriñar los problemas a los que se enfrenta Ceuta y el contexto actual de la ciudad así como las soluciones respecto a su relación con la Unión Europea o con
Marruecos. Además, la charla se ha centrado en acercarse al conocimiento de la estructura de poder a nivel local, los lobbys de presión al mismo tiempo que se han intentado dar claves sobre cuestiones útiles para la ciudad o los proyectos beneficiosos que ya están en marcha. “La Unión Europea es lo fundamental”, ha explicado Agustín Fernández, quien ha dicho que hay que prestar atención a la situación de Ceuta dentro del continente y a los grandes planes del informe impulsado por el eurodiputado Jordi Cañas que se presentó en Bruselas en junio alrededor de proyectos que
no hay que perder de vista como la frontera Schengen o la Unión Aduanera. “No nos focalizamos sobre el Gobierno de la nación, pero sí en la Unión Europea”, ha afirmado Fernández.
Según el ponente, el problema que vive Europa es más “de fondo” que otra cosa con un contexto geopolítico inestable entre la guerra de Ucrania o la crisis energética. Es por ello que durante la charla de ‘Ceuta ante el espejo’ se han tratado asuntos como el futuro cambiante de la Unión Europea, con 27 países miembros y la posibilidad de que aumente esa cifra, así como la necesidad de que las decisiones se tomen por mayoría y no imperiosamente por unanimidad para llegar a acuerdos importantes en el Consejo sin que se bloqueen las iniciativas.