Dado que el Partido Popular no fue capaz, por distintas circunstancias técnicas, de manera principal, la falta de determinados informes, de aprobar el Plan General de Ordenación Urbana de Ceuta (PGOU) en la pasada legislatura, ahora las circunstancias han cambiado con la falta de mayoría cualificada para sacarlo adelante.
Por esta razón, la máxima responsable del área de Fomento y Medio Ambiente, Kissy Chandiramani, ha ordenado al equipo redactor del mencionado Plan para que se pongan a disposición de todos los partidos políticos con representación en la Asamblea para que les expliquen todas las dudas que puedan surgir a este respecto, de manera que se inicie un camino con posibilidad de lograr una mayoría que permita su aprobación.
Teniendo en cuenta que ahora mismo, se sigue pendiente de un informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para poder redactar el impacto medio ambiental del Plan General, es el momento de aprovechar para comenzar las negociaciones con los diferentes partidos políticos que componen la Asamblea de nuestra ciudad.
El presidente Juan Vivas siempre ha manifestado que el PGOU es un documento que debe tener una duración de varios lustros por delante y que, por tanto, no puede servir para que una sola formación política sea la que lo apruebe aunque contara con mayoría absoluta. Siempre habló de que debería ser un documento que contara con el mayor consenso posible porque era la carta de presentación de Ceuta para crecer desde el punto de vista urbanístico.
De momento, el Gobierno no se ha puesto una fecha tope para que se terminen estas negociaciones porque, de momento, serán los técnicos quieres se reúnan con los partidos para lograr resolver todas las dudas que les expongan.
Chandiramani señaló hace unos días que el PGOU es un documento “eminentemente técnico” que ha experimentado una “evolución” dado el periodo de tiempo transcurrido desde que se inició este proyecto, aunque se mostró confiada en que ya no se produzcan más modificaciones en cuanto se trata de un “documento consensuado, al menos en la parte técnica, pero que ahora hay que consensuar con los agentes políticos”.
El error de partida es considerar el PGOU como un documento técnico. Es el documento de planificación política por excelencia de los municipios españoles, menos en Ceuta al parecer, donde lo califican de documento tecnico. Esa orfandad política de documento es el que sin duda a marcado su azarosa tramitación a la que le auguro un largo y tortuoso camino aún.