El silencio más indignante es la única respuesta que se está dando ante la publicación de informaciones sobre la introducción de grupos radicales en la ciudad. El asunto es preocupante. Mucho. Tanto, que estamos en una situación en la que determinados grupos de jóvenes son imposibles de controlar por los adultos. Internet, la visualización de videos concretos, los contactos con extremistas de Marruecos unido a la falta de coraje que están demostrando quienes se presentan como líderes de las buenas costumbres, está dando pie a un coctel molotov que asusta. Desde que sucedió la muerte de tres ceutíes en Siria hasta hoy, no he leído un solo comunicado pidiendo calma a la población por parte de la oportunidad autoridad musulmana. Tampoco lo he leído sobre la presión que la secta de las takfiris está haciendo en la ciudad. Ni sobre la marcha de chicas que de la noche a la mañana dejan a sus familias, se ponen un burka y se van del núcleo donde tenían cariño sin dar explicación alguna porque han descubierto una nueva forma de vida. Por supuesto, basada en el radicalismo más severo.
Sí en cambio lo he leído sobre otros asuntos de ámbito nacional e internacional, sobre asuntos que han generado polémica reciente. ¿A qué se debe esta selección de condenas, por qué se obvia cualquier pronunciamiento sobre algo que está pasando aquí, a nuestro lado, y en cambio sí se hace sobre otros asuntos?, ¿por qué nadie se pronuncia sobre el control que determinados personajes quieren hacer de algunas mezquitas y de centros de reunión?, ¿o sobre la aparición de grupos de poder, que a saber qué financiación tienen, que terminan arrasando en los templos, echando a quienes estaban allí, e incluso dando orden de que se eliminen elementos artístico-históricos de los mismos para imponer otro tipo de doctrinas?
Cuando uno calla lo hace para evitar problemas. Porque posicionarse en la vida, que debiera ser una actitud valiente, te termina enfrentando con quienes no piensan igual que tú. Cuando la religión se entremezcla con grupos de poder, incluso políticos, termina provocando muchos silencios sobre asuntos que no interesa que se revuelvan. ¿Saben por qué? Porque unos buscan votos y otros el dinero. No sé ustedes pero yo no veo normal que ante determinadas informaciones, que afectan a la seguridad nacional, que estamos publicando, los que tienen que pronunciarse callan, y continúan perdiendo el tiempo en seguir gobernando la república bananera que han creado y rodeándose de ‘llaveros’ que trincan subvenciones y callan ante la bomba explosiva que está creciendo a nuestro lado.
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