La Junta de Gobierno de la Hermandad de la Pollinica ha comunicado al filo de las 18.00 horas, cuando llovía y sonaban los truenos sobre Ceuta, que ha decidido suspender su Estación de Penitencia, retrasada inicialmente sesenta minutos por “prudencia”. La corporación ha tenido que cancelar su salida procesional en su centenario ante la amenaza de precipitaciones que persiste sobre la ciudad, cada vez más encapotada.
Hermanos, costaleros y fieles de la Pollinica han esperado bajo la incertidumbre durante cerca de dos horas mientras los nubarrones grises han conquistado el cielo de Ceuta. Las previsiones de Aemet, que de entrada auguraban que a las 18.00 horas casi desaparecería el riesgo de lluvia, han llevado a la cofradía pasadas las cuatro de la tarde a atrasar la hora de salida para ser "prudentes".
Al principio el ambiente se encontraba relativamente en calma. Sin embargo, después de las cinco de la tarde los nervios han comenzado a aflorar. A pesar de las predicciones decrecientes de lluvia y la preocupación general, han confiado hasta el último momento en que las tallas sacras procesionasen finalmente por las calles de Ceuta este Domingo de Ramos.
Las emociones se han entremezclado durante la espera de la Pollinica. Se han alternado los rostros llenos de preocupación con el humor y la charla, especialmente entre los más jóvenes. Los hermanos y fieles han mantenido la calma hasta recibir una noticia definitiva que ha llegado al filo de las 18.00 horas.
Antes una ligera llovizna había puesto en sobre aviso a quienes se encontraban en las inmediaciones de la Casa de Hermandad de la cofradía. Un grupo de adolescentes, preocupadas, compartían sus nervios ante la posibilidad de que la Pollinica no procesionase este año, como finalmente ha sucedido.
La mala noticia ha llegado apenas media hora después de que todo estuviese listo para salir a la calle. A las 17.30 horas, entre vítores, los costaleros todavía tenían la instrucción de estar preparados. Así han comenzado a ataviarse y a animarse en un ambiente amigable y festivo las cuadrillas. Este año, según el capataz José Alcalá, ha habido un "boom" de costaleros.
La lluvia ha empezado a caer en el reparto de relevos con el sonido de las bandas de fondo. Las esperanzas de salir este año se han desvanecido, pues la lluvia avanzaba y el sonido de los truenos aparecía, uno seguido de otro. La gente ha comenzado a refugiarse en paraguas o abrigos. La agrupación musical ha dejado de tocar y se ha resguardado.
Consternación entre los costaleros. Ojos llorosos. Los peores presagios se han cumplido. Finalmente, tras la espera, la Junta Directiva ha anunciado en la Casa de Hermandad la suspensión de la procesión, una decisión dura especialmente este año en que la corporación celebra sus cien años.
Los fieles aguardaron con esperanza, casi dos horas, noticias sobre la salida en procesión del Dulce Nombre de Jesús y de la virgen de la Palma. Durante el tiempo de espera trasladaron a este periódico que confiaban en que la meteorología permitiese la Estación Penitenciaria lo que, finalmente, no fue posible.
“Rezaremos para que no nos caiga nada y que sigan saliendo todos los pasos esta semana”. Estas eran las palabras de Ana María Rosamonte, una ceutí devota de la Pollinica que se encontraba “regular” de ánimos durante el tiempo de espera a la última decisión por parte de la Hermandad.
La acompañaban sus dos sobrinos vestidos de monaguillo que, con preocupación, dirigían su mirada hacia el cielo. “Para mí la Pollinica es todo. Son muchos años. Para mi hija igual. Sin Pollinica no hay Semana Santa”, aseguró. “Soy de la Pollinica de toda la vida, desde que mi hija nació. Viví fuera, pero en cuanto nos vinimos ya nos hicimos todos hermanos”, comentó.
Este año era, para María José Serrán más especial. Su nieta por primera vez salía en procesión con la Pollinica. “Espero que salga”, expresó. “Estamos esperando por la lluvia, ahora nos han dicho que a las seis”. Esta vecina consideró que la procesión debería haber empezado a la hora prevista porque así “por lo menos este rato hubiéramos salido”, opinó.
José Alcalá, capataz de la cofradía, antes de la irrupción de la lluvia, señaló que desde la Hermandad confiaban en que “al final podamos salir”. No es pillaba de sorpresa la posibilidad de cancelar la procesión. “Llevamos desde ayer con esa incertidumbre, porque mire donde se more, las webs todas tienen previsiones que no son buenas, pero tenemos fe”, manifestó.
A su vez, trasladó las sensaciones entre los costaleros quienes reflejaron “más inquietud y nervios”. Alcalá expresó que ellos “quieren estar ya debajo del paso. Ahí es donde desaparecen los nervios. La espera se hace larga. Hemos hablado con ellos y están desconectados”, explicó.
Christian Cajal es uno de ellos. Forma parte de la cuadrilla de la virgen de la Palma desde hace dos años, aunque es hermano desde que tan solo tenía nueve meses.
“Espero salir. Venimos con esa ilusión. Tengo esa esperanza, pero visto cómo está el tiempo, que se haga lo que ellos quieran. Son los que tienen que decidir”, comentó. Él y sus compañeros no estaban “tranquilos”. “No lo estoy desde hace una semana, que he estado mirando el tiempo. Lo he revisado como más de veinte veces. Estamos con esos nervios”.
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