Calles vacías, carteles de ‘Se Vende’ o ‘Se Alquila’… Este es el paisaje del polígono del Tarajal, en Ceuta, que tras el cierre de la frontera con Marruecos ha visto muy mermada su actividad obligando al cierre o a reinventarse. Y es que muchos de los comercios que aquí se encontraban vivían prácticamente de la venta de productos a personas procedentes del país vecino.
Una situación complicada que se acentúa en el Tarajal II, un lugar que anteriormente estaba lleno de vida y comercios abiertos y en el que ahora, según explican los propios empresarios a FaroTV, solo quedan cuatro de ellos abiertos de las más de 30 naves que lo conforman.
Este es el caso de Brahim Mohamed, cuya esposa regenta un negocio en estas naves. Explica visiblemente resignado que la situación en la que se encuentra el polígono es “caótica”. Además, añade que lo único que están vendiendo es la mercancía que tienen en “stock” y por esta razón continúan abiertos.
“En nuestra zona ya no tenemos actividad ninguna”, asegura Brahim, que expresa que “en la de arriba sí hay algo más de actividad porque han abierto algunos talleres, pero aquí nada de nada”. Ansían como agua de mayo la apertura de la aduana comercial, “pero estamos esperando y aquí no vemos nada”, lamenta.
La situación no mejora y comenta que algunos de los comercios “tenemos empleados y al final vamos a tener que cerrar, echar la persiana y a nuestros trabajadores”.
El simple hecho de permitir el régimen de viajeros harían ver otro panorama. “¿Esperanza?”, se pregunta contrariado, “es que llevamos dos años creyendo que se va a abrir” señala.
“Solo con el régimen de viajeros y que los visitantes puedan llevarse algo a Marruecos ya tendríamos suficiente”, declara. “El problema es que no puedes sacar ni un bote de leche”, sentencia.
Se sienten abandonados por las instituciones: “Estamos aquí sin ningún tipo de ayuda y sin que vengan a preguntarnos cómo estamos, qué nos pasa y si nos pueden ayudar en algo, pero no hay nada de eso”.
Los tradicionales comercios de la zona que se dedican a la venta de textil son los que se están viendo más afectados y muchos de ellos lamentan que llegue un momento en el que tengan que cerrar un negocio al que han dedicado toda su vida.
El Tarajal I, a pesar de encontrarse con comerciantes que también informan de que están pasando una situación muy complicada debido al cierre de la frontera, contrasta con la apertura de nuevos negocios como talleres mecánicos, de chapa y pintura de vehículos o la reinvención de muchos de ellos.
Un ejemplo lo ofrece Josué Romero, encargado de Daryso Motor, que supo cambiar de modelo de negocio para no tener que cerrar. “Antes del cierre de la frontera nos dedicábamos a la venta al por mayor vendiendo mucho a Marruecos y cuando sucedió lo ocurrido con la frontera pues cayeron mucho las ventas”, explica Romero.
Por esta razón, decidieron reinventarse y cambiaron su modelo de negocio y en vez de exportar sus productos hacia Marruecos optaron por vender accesorios y recambios de automóviles y motocicletas. Antes de entrar en su nave se pueden ver las motos expuestas y, una vez se accede, unas grandes estanterías con cascos o fundas para volantes que agasajan al cliente.
Según explica, dar este paso no ha sido nada fácil pero tuvieron que hacerlo. “Ha costado mucho dar este paso, por ejemplo antes los clientes no venían a comprar nada de lo que ofrecemos ahora”, narra. El tipo de clientela ha cambiado, “años atrás los clientes de Ceuta no venían por aquí y ahora sí porque casi todo el paisaje del polígono ha cambiado”.
“Ahora, dentro de esta zona se pueden ver talleres de mecánica o pintura, de ruedas…”, comenta. “Entonces, se le está dando otro punto de vista para invitar a la gente a que se pase por aquí, como es el caso de las tiendas de muebles que han abierto en varios sitios para dar un servicio en este punto de la ciudad”, expresa Romero.
Esta tesitura también ha sido aprovechada por otros comerciantes como es el caso de los dueños de Muebles P&M, que aprovecharon la oportunidad de adquirir una de las naves del polígono industrial para abrir su tienda y señalan que no han tenido ningún problema y no han encontrado dificultades para hacer florecer su negocio.
“Nosotros adquirimos esta nave y montamos una tienda de muebles enfocándolo siempre a la venta al público local, nos ha ido muy bien y no hemos tenido nunca ningún problema”, aclaran los propietarios de esta tienda de muebles.
De hecho, les ha ido también que han adquirido una tienda justo en frente que les hace de almacén y expositor.
“Mucha gente nos lo pregunta que cómo nos hemos atrevido a abrir una tienda en el polígono con el cierre de la frontera, pero nunca como algo perjudicial para nuestro negocio porque no lo teníamos enfocado de esa manera”, exponen.
Tres puntos de vista diferentes de una situación complicada que ha hecho que el paisaje del polígono del Tarajal pase de ser un hervidero de personas en todo momento en el que los comerciantes luchaban por tener un negocio en el lugar a encontrarse con imágenes de calles vacías y llenas de carteles de venta o alquiler.
Luces y sombras de una circunstancia a la que muchos se resignan y ven cerca el final de un negocio al que le han dedicado toda su vida pero por el que otros tratan de luchar contra viento y marea e incluso ver el lado positivo y buscar una oportunidad.
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