Policías marroquíes intentaron facilitar la huida a un hombre tras agredir a un guardia civil

• Tras su detención, ha sido condenado por conformidad a seis meses de prisión rebajados a cuatro y en suspenso

Las relaciones de agentes españoles y marroquíes quedan en evidencia en más de una ocasión, sobre todo cuando se trata de intervenciones en materia fronteriza como la sucedida el pasado fin de semana y de la que no ha existido comunicación oficial.

En el caso de marras, según la información recabada por este periódico, se vieron implicados dos agentes de la Guardia Civil de servicio en la frontera y policías marroquíes. Entre unos y otros, un súbdito marroquí residente en Italia que cruzaba el Tarajal con dos niños pequeños sin tener sillas adaptadas para el traslado de menores de edad.

Este extremo fue advertido por los componentes del Instituto Armado, que señalaron al conductor que no podía continuar el trayecto llevando así a dos menores. La disparidad de criterios terminó con un incidente mayor dado que el hombre en cuestión terminó agrediendo a uno de los agentes de la Benemérita, marchando después a Marruecos y contando con la connivencia de policías marroquíes, que en vez de vetar su entrada en el país tras la comisión de un delito, facilitaron que la acción del Cuerpo Benemérita fructificara en ese momento en una detención.

El escenario y sus componentes son los mismos que se han dado en otros episodios similares. Les ha ocurrido a la Policía Nacional y también a la Benemérita, agentes que mientras esperaban una respuesta del lado marroquí han encontrado una colaboración de esos agentes hacia el que comete el delito.

Finalmente, según las informaciones trasladadas a este medio, tras la mediación de agentes del Instituto Armado, se pudo hacer entrega del autor de este delito.

Una vez puesto a disposición judicial, el detenido aceptó una conformidad por los hechos que se tradujo en la imposición de una pena de 6 meses de prisión que terminó viéndose reducida a 4. La pena ha quedado en suspenso ya que carecía de antecedentes penales, pero quedó advertido de que si comete un delito tendrá que penar por el nuevo y el suspendido.

En este caso ha podido haber sentencia y acción judicial y policial, pero en otros casos mucho más graves no ha podido llegarse a este extremo porque los implicados en los distintos delitos no han llegado a ser detenidos.