El Príncipe Alfonso se convirtió esta madrugada en escenario de una auténtica ‘intifada’ cuando varios individuos emboscaron a agentes de la Policía Nacional y Local, así como a efectivos del Servicio de Extinción de Incendios, que fueron apedreados en las tres ocasiones en que se reclamó a los bomberos para sofocar un incendio en las inmediaciones del edificio polifuncional, aunque no hubo que lamentar daños personales.
Sobre las 4.45 horas, el 112 requirió la presencia de Bomberos en el polifuncional del Príncipe, ante el que ardía un contenedor. A la altura de la rotonda de acceso a la barriada, un vehículo de la Policía Local alertó al coche del SEIS de la presencia de varios sujetos que, con el rostro cubierto, se habían atrincherado tras una barricada levantada con varias de las vallas existentes en las obras que se llevan a cabo en la zona, con el objetivo de apedrear tanto a policías como a bomberos.
Mientras Policía Nacional y Local se encargaban de dispersar a los alborotadores empleando para ello material antidisturbio, otros agentes se vieron obligados a proteger a los bomberos mientras ellos sofocaban el incendio del contenedor.
A las 6.00 horas, los bomberos se trasladaron nuevamente a la misma zona del Príncipe para sofocar un nuevo incendio en otro contenedor. En esta ocasión, las improvisadas barricadas se habían colocado en mitad de la carretera, impidiendo la normal circulación de los vehículos. De nuevo, los efectivos policiales se vieron obligados a repeler a los alborotadores que lanzaban enormes piedras contra el grupo. Una vez los sujetos fueron repelidos los atacantes, las vallas fueron atornilladas a una pared para evitar su posterior uso como barricada.
Un tercer foco
A las 6.30 los bomberos se vieron obligados a trasladarse nuevamente a la misma zona para apagar un tercer incendio. En esta ocasión, los propios efectivos del SEIS se encargaron de vigilar la ‘retaguardia’, ya que mientras uno de ellos sofocaba el fuego, los otros cuatro velaban por la seguridad del grupo comprobando que no corrían ningún tipo de peligro.
Afortunadamente, nadie salió herido de este ataque, gracias también a la rápida intervención policial, tal y como apuntan desde Bomberos. “No ha ocurrido una tragedia porque la Policía estaba ya esperándonos para darnos protección, porque una de esas piedras podía haber provocado una desgracia”.
Este tipo de sucesos no son novedosos en esa zona de la ciudad, ya que de un tiempo a esta parte, ciertos individuos realizan este tipo de prácticas hostiles, al parecer provocando fuegos para conseguir la presencia de bomberos y policías y emplear el apedreamiento como método de agresión, aunque de momento no se ha encontrado la forma de erradicar estos violentos actos.
La Policía resalta la intensidad y gravedad del nuevo ataque
Según ha informado la Policía Nacional, esta acción revistió una intensidad y gravedad no acostumbrada, tanto por la cantidad de individuos participantes como por la organización de la que hicieron gala.
Fuentes de Bomberos consultadas por este periódico han podido confirmar tal hecho, asegurando que las dimensiones de las piedras lanzadas superaban las de otros apedreamientos. “Eran bloques similares a losas de gran tamaño que, de haberle dado a alguien lo destroza”, apuntan.
Aunque tanto los emboscados como los vehículos policiales y de Bomberos sufrieron daño alguno, las piedras sí llegaron a impactar en al menos tres de los coches aparcados en las inmediaciones de los hechos. Así, este tipo de acciones viene a poner de manifiesto que estos efectivos no son las únicas víctimas. Las consecuencias de esta acción injustificada por parte de algunos desalmados también la sufren ahora los vecinos que esta mañana se encontraban con unos vehículos apedreados por sus propios conciudadanos.
Los sujetos no han podido ser identificados, aunque al igual que en otras ocasiones podría darse el caso de que entre la filas de los atacantes se encontrara algún menor.
ACTOS VIOLENTOS
Con público
El que los ataques a efectivos de Bomberos y Policía se ha convertido en una práctica de ‘diversión’ de ciertos maleantes queda fuera de toda duda, y prueba de ello es el hecho de que algunos jóvenes llegaron incluso a situarse en una zona cercana “para mirar todo lo que estaba ocurriendo”.
Zonas peligrosas
Además del Príncipe, existen otras zonas donde los bomberos llegan a temer por su integridad física, como pueden ser el Tarajal o Loma Colmenar. Recientemente, un contenedor también fue incinerado junto a la nueva promoción de viviendas y el fuego se extendió a tres vehículos. En caso de haber sido provocado, los vecinos fueron, una vez más, víctimas de estos incívicos sujetos.
Sin solución
Pese a que el pasado mes de diciembre se celebró una Junta de Seguridad para poner freno a esta situación, cuatro meses después no sólo no se ha mejorado en absoluto la seguridad en la zona, sino que, por contra, los ataques son más virulentos que en ocasiones anteriores.