Agentes de la Policía Nacional de Ceuta han recuperado
un fardo de hachís de 45 kilos escondido
en un acantilado de la Almadraba y preparado para su recogida. Pero los agentes llegaron antes que quienes tenían que hacerse con el bulto, así que el hallazgo ha terminado abortando el tráfico que se iba a llevar a cabo con esta sustancia. Tal y como ha explicado la Jefatura Superior de Policía, fueron agentes pertenecientes a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana (G.A.C), que se encontraban realizando patrullas por la zona de la playa del Almadraba, quienes observaron a lo lejos un bulto de grandes dimensiones en una zona acantilada. Los actuantes procedieron a inspeccionar la zona e intervenir el paquete de color marrón que estaba rodeado por unas asas de color verde, impermeabilizado, lo que les hizo suponer que era hachís y que había sido depositado ahí para su posterior recogida. La droga ha sido trasladada al
área de sanidad dependiente de la Delegación del Gobierno para su análisis y traslado a la Península donde se procede a su destrucción. No es algo extraño este hallazgo, y es que desde el cierre de la frontera del Tarajal, ejecutado en marzo de 2020, ha aumentado la intervención de fardos en el mar que son introducidos generalmente por los nadadores o en pequeñas embarcaciones, alimentando el goteo del hachís que viene a nutrir el consumo local y a favorecer las salidas en dobles fondos de vehículos de la droga que se traslada, de esta manera, a la Península. Son cuantiosas las intervenciones de las fuerzas de seguridad que tienen estos mismos protagonistas: hachís, nadadores y fardos. La Jefatura considera que la droga estaba ahí escondida para que otros individuos pudieran hacerse con ella con ánimo de obtener dinero con su tráfico en el mercado negro.