El tráfico de mercancías por el Tarajal protagonizó una jornada sin incidentes en la que la nota clave fue la mayor presencia, al menos visual y coordinada, entre Policía Nacional y Guardia Civil. Si el pasado lunes el control sobre las filas de mujeres que intentaban acceder a la puerta norte la estaba realizando en exclusiva la Benemérita, mientras que CNP estaba más alejada en la zona de los aparcamientos, ayer el acercamiento de gran cantidad de efectivos de la Nacional en este punto era mucho notable. El acceso al polígono desde la frontera no se cerró en ningún momento, una decisión que sí se había tomado el pasado lunes, día en el que resultaron heridas varias porteadoras y dos guardias civiles.
Las colas fueron contenidas por agentes de las dos fuerzas de seguridad para evitar enfrentamientos entre las mujeres y presiones que podían terminar en avalanchas, caídas y más lesionadas. La gran cantidad de personas concentradas hacía complicado el control en el lugar.
La acumulación de mujeres en la entrada hacia el polígono provocó quejas entre los establecimientos ubicados a pie de rotonda de Tarajal, como el estanco, la cafetería o la agencia de viajes, debido a que sus responsables no podían siquiera acceder a sus locales para abrir. Tampoco podía llegarles clientela.
La presencia de agentes de la Guardia Civil de la unidad de Tráfico llegados de Cádiz fue también otra novedad. Su misión fue la de multar a todo vehículo que intentaba estacionar en la zona o realizar maniobras incorrectas. Durante toda la mañana permanecieron en el entorno fronterizo, multando a conductores y advirtiendo a las personas que se quedaban asentadas en las cercanías de la rotonda o del paso de peatones para que abandonaran el lugar. Esta actuación provocó malestar en los presentes dado el extremo celo de los agentes.
En los próximos días la situación va a ser igual. Después de que el pasado martes los mandos de Guardia Civil y Policía Nacional se reunieran en la Delegación del Gobierno, se ha perfilado esta línea de actuación que es la que se mantendrá en los próximos días en el entorno del polígono. Medida que viene a paliar la menor presencia de miembros de Seguriber para garantizar la seguridad privada en los polígonos, que ha bajado de los 16 iniciales a los 6 que trabajan desde el martes.
La Delegación del Gobierno ya advirtió el martes de que se va a obligar a los empresarios del polígono a que cumplan determinadas normas, entre ellas el pago de la seguridad privada. Además las dos administraciones, Ciudad y Delegación, trabajan en la revisión de todas las naves para control de su operatividad, cada una dentro de su propia competencia. La UIP se mantiene en el control exclusivo del Biutz para revisar que la salida de personas se produce sin incidencias, ya que persiste el intento de sacar bultos de mayor tamaño que el que permiten las autoridades marroquíes. El intento de evitar colapsos en los tornos es el objetivo de las fuerzas de seguridad para evitar muertes por aplastamiento.