Los dos se llamaban Juan. Los dos sirvieron a la Policía Nacional. Los dos estaban jubilados, eran amigos y vecinos. Y a los dos se los ha llevado el maldito
coronavirus que con tanta fuerza está sembrando de tragedia a muchas familias, también en Ceuta. Este sábado su Cuerpo, el Cuerpo de la Policía Nacional ha querido darles un merecido homenaje desplazando a diez unidades diferentes con sus vehículos a las puertas del bloque número 34 de Juan Carlos I, su barriada. Las sirenas han sonado durante algo más de un minuto, las sirenas han sonado en honor a los dos compañeros, a los dos amigos, a los vecinos que nunca se separaban, a quienes han terminado por irse el mismo día, con una semana solo de diferencia.
Hasta la barriada también se han acercado guardias civiles. Y los aplausos de sus vecinos, de quienes les apreciaban y respetaban, de quienes hoy no les olvidan ha roto el silencio, han marcado una tarde en la que el recuerdo ha imperado por su siempre, el recuerdo a ellos, a los amigos, a los vecinos, a los compañeros, a los que esta vez no han podido ganar la batalla al maldito coronavirus. Son momentos difíciles para sus seres queridos, para quienes han tenido que despedirles en soledad. Porque este virus no solo mata sino que separa. Es cruel, pero la fuerza de todos terminará por vencerlo. Ceuta no ha querido olvidar a sus vecinos, a sus dos amigos y compañeros, a quienes salían a la calle unidos hasta hace bien poco, hasta antes de esa pandemia que ha parado todo el país, que ha parado el mundo. La muerte no es el final ha sonado también en una barriada que se ha roto a aplausos y emociones, que ha plantado cara al coronavirus, que ha recordado a quienes no tendrían que haberse ido.