Policía Local y 061 atienden dos partos en poco más de una hora

{jaimage crop="TC" /}Los agentes del grupo 3 de Seguridad Ciudadana se aplicaron a fondo ayer para ayudar en un alumbramiento y colaborar en el traslado de otro a punto de producirse   El grupo 3 de Seguridad Ciudadana de la Policía Local tuvo, en la mañana de ayer, una conclusión de su jornada laboral un tanto atípica. ¿El motivo? En menos de una hora y media tuvieron que atender a dos parturientas que, en sus respectivos hogares, llamaron al 112 en busca de ayuda. Y afortunadamente la obtuvieron a los pocos minutos y los bebés que ambas esperaban llegaron al mundo en excelentes condiciones gracias al auxilio temprano de los agentes de la Local y a la perfecta coordinación con el 061 que se personó en el lugar pocos minutos después.
“Nuestra central recibió la primera llamada sobre las 13.30, tras ser derivada por el 112”, explicó el mando de este grupo 3 que, en todos sus años de servicio, ha visto llegar al mundo a cuatro bebés, “así que rápidamente nos movilizamos y llegamos a Romeo de Córdoba”. Allí, una parturienta de pie y un par de mujeres les recibieron. “El protocolo se activó de inmediato para que viniera también la ambulancia pero como nuestros coches son más ligeros y estamos siempre en la calle es lógico que fuéramos los primeros en llegar”, contó. El primer paso fue tumbar y colocar a la mujer en una postura de seguridad. Luego tocó tranquilizarla y recordarle cómo debía respirar. Pero la pequeña, pues el segundo bebé de esta mujer fue niña, tenía mucha prisa por llegar al mundo y ya mostraba su cabecita. “Enseguida nos dimos cuenta de que iba a ser imposible trasladarla al hospital así que en cuanto llegó el 061 tuvimos que montar un quirófano de emergencia”, relató el mando de la Policía Local.
Apenas 20 minutos después la niña ya había nacido. “Tenía las vías taponadas y tardó unos 30 segundos en llorar, pero cuando lo hizo hubo, por supuesto, un aplauso colectivo”, contó. Eso sí, aplaudió el que pudo ya que “quien no estaba sujetando el gotero estaba atendiendo una vía”. La coordinación con los profesionales del 061, aseguró, fue total ya que “todos nos conocemos porque habitualmente coincidimos en los accidentes, afortunadamente preferimos vernos en ocasiones así”.
Con la tranquilidad del trabajo bien hecho volvieron, sobre las 14.15, al cuartel. Sin embargo, la jornada para ellos todavía no había concluido. “Cuando ya estábamos a punto de dar el relevo entró otra llamada muy similar y, sinceramente, el asunto sonaba a cachondeo”, comentó el mando. Pero no era ninguna broma. Otra mujer, esta vez en la avenida Argentina, estaba a punto de traer al mundo al que fue su segundo hijo. Al llegar a la casa la imagen era prácticamente la misma. Como si lo vivido apenas una hora antes volviera a pasar por sus ojos. Una mujer, de pie y con contracciones, sin saber bien qué debía hacer. “En este caso, como todavía no había roto aguas y las contracciones eran cada minuto y medio dio tiempo a que fuera trasladad por la ambulancia al hospital, así que no vimos la cara del niño o niña”, explicó, “pero nuevamente tuvimos que colocar, tranquilizar y enseñar a respirar a la mujer para que todo marchase bien”. A buen seguro los agentes que tuvieron que atender ambas emergencias no olvidarán fácilmente el día de ayer.