Las críticas no se han hecho esperar. Primero las de los medios de comunicación, después las de algunos fans que no vieron con buenos ojos la duración del concierto ofrecido por C Tangana además de algunas de sus intervenciones ‘grabadas’ en un directo que no fue lo puro que debía. Pero las que más han escocido al Gobierno son las ofrecidas por la oposición, en este caso por Caballas y MDyC, que no vieron con buenos ojos el ‘tanganazo’: desde que no quisiera atender a los medios de comunicación (esto no es nuevo) hasta las formas seguidas en su intervención que llegó a los escasos 50 minutos, algo que ya formaría parte de un incumplimiento en la contratación con la Ciudad. El gesto del Gobierno ha sido, vía comunicado, anunciar que va a mirar con lupa que se haya cumplido con el contrato debido y que se abonará lo que se deba hacer, siempre sin incurrir en un engaño. Eso está bien, pero también lo está que informe públicamente de su decisión y que esto no sea más que una cortina de humo. Si C Tangana ha cumplido con los requisitos cobrará; si no, se podrá justificar la negativa del desembolso puesto que no se puede jugar con el dinero encargado para los festejos de los que deben disfrutar los ceutíes con este tipo de comportamientos. Hay que fiscalizar el dinero que es de todos y, también, hay que evitar que se tome por tonta a una Ciudad que ahora debe responder al nivel que se le espera. Ni ‘tanganazos’ ni medias tintas.