Sobre plenos y discursos incendiarios

Los plenos están para el debate de propuestas, aunque de un tiempo a esta parte el nivel ha bajado tanto que llegará el día en que se lleve a este foro de qué color deben ser los calzones de los señores diputados. Y no se preocupen que habrá debate, porque se ha llegado a invertir más de una hora en asuntos absurdos. Ahora MDyC lleva a Pleno una propuesta para que Santiago Abascal sea nombrado persona non grata. Algo que evidentemente no gusta a Vox, como muchas propuestas de esta formación no gustan al resto de los partidos pero tienen que aceptarlas. Porque queramos o no ese es el juego democrático.

Pero resulta que la propuesta de Fatima Hamed -pese a que ya fue anunciada para el anterior pleno- es considerada como una afrenta y vienen los expertos en la confrontación a situar ese arte en otras personas, en este caso en la figura del alcalde por haber permitido que se produzca este debate.

“No tiene ningún sentido que se presenten ese tipo de propuestas si no es con el único fin de generar conflicto dentro de la Asamblea”, dice el presidente de Vox, el que siempre ‘habla’ a través de comunicados. Añadiendo que “ese tipo de propuestas no tiene ningún efecto”.

Parece que Vox está bebiendo su propia medicina, porque son precisamente muchas de sus propuestas las que solo buscan generar conflictos y a los hechos me remito: sus intervenciones han provocado varias suspensiones plenarias y que media España, sino entera, se ría de los enfrentamientos de los diputados. Pero es más, si hablamos de las que tienen o no sentido, muchas de las que terminan debatiéndose no sirven más que para que vuelvan a insistir en sus mensajes siempre extremos, molestos e insultantes o para debatir en torno a asuntos de corte nacional que poco interés pueden tener en un foro de pueblo.

Justifican la animadversión hacia Vox al recordar otra propuesta -esta de Caballas-, para reprobar a la senadora Yolanda Merelo. Lo que no cuentan es por qué se llevó este asunto a pleno, ni cuentan el mal hacer de una senadora que debe representar los intereses de Ceuta y que se dedicó a cuestionar el gasto que suponía tener en una habitación del hospital a un súbdito marroquí, obviando que esta persona -Samir- fue atropellada en Ceuta por un sujeto que se dio a la fuga y lo dejó inconsciente en la calle. Eso no contó la senadora porque no le interesaba, solo quiso reabrir el debate del gasto de los extranjeros, no contar que Samir fue víctima de un acto criminal cometido en nuestra ciudad y nunca investigado adecuadamente. Esto tampocó le interesó a la senadora. Por esa indignidad manifiesta se llevó el asunto a pleno, no porque exista una animadversión o una trama orquestada contra Vox del resto de partidos.

El victimismo es una tapadera perfecta para ocultar la falta de argumentos y la cobardía. Unos diputados no deberían evidenciarlo tanto. Pero lo hacen.