El “género”, esto es, la determinación social de si una persona es hombre o mujer, es un determinante en la vida de las personas que erróneamente da lugar a desigualdades en el trato, en el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales y en el acceso a servicios básicos para el bienestar. Las consecuencias que esto tiene son múltiples: discapacita a las personas en ámbitos fundamentales de su vida, limita el desarrollo personal, las posibilidades de contribuir a la sociedad, e imposibilita la captación del talento desde las organizaciones.
La Junta Directiva de Plena inclusión España, en su sesión celebrada el 18 de octubre de 2018, aprobaba el Posicionamiento de Igualdad de Género, que se dirige, por tanto, a señalar la necesidad de prevenir y eliminar la discriminación basada en estereotipos y costumbres erróneas que asignan diferentes derechos y capacidades a mujeres y a hombres, por el mero hecho de pertenecer o sentirse parte de otro género.
Este Posicionamiento propone incorporar la perspectiva de género como una herramienta útil que permite:
-Identificar y tener en cuenta las circunstancias, necesidades y problemáticas específicas de toda la población de mujeres y hombres con discapacidad intelectual o del desarrollo.
-Visibilizar las consecuencias de la socialización de género, la división sexual del trabajo, el sistema patriarcal, androcéntrico y heteronormativo, en mujeres y hombres. Y especialmente, el impacto en el bienestar, calidad de vida y disfrute de derechos de las mujeres.
-Analizar si existen relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres, sus causas y consecuencias, evidenciando estas desigualdades.
-Recopilar y producir los datos diferenciando el sexo de las personas (desagregación por sexo).
-Elaborar estrategias, medidas y acciones concretas dirigidas a crear condiciones de igualdad entre mujeres y hombres, tanto en el punto de partida como de llegada.
-Reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en general favorables a los hombres como grupo social e históricamente discriminatorias para las mujeres. Y que dichas relaciones de poder atraviesan todo el entramado social.
-Realizar programas de concienciación para los diferentes públicos de las organizaciones.
-Generar espacios y estrategias para el empoderamiento y auto-representación de las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo.
-Analizar las estructuras y los procesos (legislación, instituciones políticas y sociales, políticas, programas, etc.) que perpetúan los patrones de distribución desigual de oportunidades entre mujeres y hombres.
-Detectar y abordar desigualdades en el disfrute de derechos básicos y en el acceso a recursos.
-Identificar situaciones que hasta el momento pasaban desapercibidas, y dábamos como naturales (por ejemplo, micromachismos).
-Proponer nuevas formas de estructurar la sociedad de una forma más igualitaria.
Este Posicionamiento señala unos ámbitos de intervención prioritarios en materia de igualdad de género:
-Incidir en la defensa de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, especialmente los derechos de las mujeres y su capacidad jurídica. Lo que incluye la incidencia política y el desarrollo de la perspectiva de género.
-Facilitar la aplicación práctica del Posicionamiento de Igualdad de Género con todos los apoyos especializados necesarios.
-Promover la participación social de las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo.
-Garantizar los derechos sexuales y reproductivos.
-Poner en valor y reconocer el papel de las mujeres con discapacidad intelectual o del desarrollo en los cuidados familiares, y las necesidades de las familias de madres con discapacidad intelectual o del desarrollo.
-Prevenir e intervenir en el ámbito de la violencia contra las mujeres.
-Favorecer el liderazgo, auto-representación, y presencia equitativa en las organizaciones.
Estos ámbitos llaman al trabajo conjunto y la implicación de mujeres y hombres con discapacidad intelectual o del desarrollo, familias, profesionales y organizaciones.