Parece que aquellos que sienten la nostalgia como una llama que arde dentro de sus corazones, columbran las llegada de las cigüeñas y las golondrinas como unas aves salidas de sus propias almas que regresan todos los años a sus origines. Nosotros nacimos en los callejones que rodeaban a la plaza de África, tenemos marcada la impronta de ese paisaje, así que pase mil años. Y, nos sentimos como golondrinas que vuelan cada año a anidar bajo las balconadas del ayuntamiento.
Y, este bajar al Estrecho y regresar constante cada primavera a nuestros paisaje ancestral de nuestros recuerdos, semeja el viaje que a través de los años siempre realizan los pájaros a la plaza de África, como un referente atávico de nuestra propia existencia.
Si bien fueron desapareciendo bajo el peso de la piqueta y en nombre de la modernidad, aquel barrio del Asilo de callejones y de patios llenos de un costumbrismo castizo, que como blancas nubes de luz enjalbegaban las mujeres en los meses de abril y mayo. El dédalo de laberínticas callejuelas, placitas y patios de este barrio del Asilo constituía un conjunto paisajístico urbano único, que nos traslada a la Ceuta primigenia entre el puente Cristo y el puente de la Almina.
"Preferimos que se invierta el coste total de esta obra a realizar de forma más racional en diferentes barrios"
Con su destrucción y así mismo del vetusto edificio de la Casa Misericordia -sucursal de la de Lisboa-, se perdieron para siempre las raíces y la identidad de aquella evocadora Ceuta, habitada en cada esquina de cada callejuela, de cada patio, de cada placita, de auténticos sueños de leyenda que los siglos fueron conformando como el mejor patrimonio de pertenencia a una ciudad, y aun entorno determinado entre las aguas azules del Estrecho y la agigantada altura granítica del siempre vigilante Atlas.
El recinto de la plaza tuvo pocas modificaciones desde los días de la niñez en que el lugar se significaba por ser el centro de nuestros juegos y correrías, que cada día empezaba y concluía al pie mismo de las verdes barandas que daban con los naranjos amargos de las puertas del Bar Sin Nombre y del ayuntamiento.
También conocimos los paseos centrales que aún no se hallaban enlosados, sino batidos de tierra negruzca y parda, donde jugábamos con las fichas de las botellas de cerveza África Star y la de refrescos Kist y Frutchampagne, meterlas con buen tino en un hoyo ahuecado en la tierra. O, a la perra gorda (10 céntimos), donde los más adiestrados con la experiencia diaria, lograban colmar a pleno de una tirada.
En el otro extremo se situaba la catedral, el parque de Artillería y la famosa torre del reloj, la Comandancia General Militar, y el cuartelillo de arcos de las oficinas de reclutación y pagaduría que limitaba con la plaza-tribuna de González Tablas -donde se presidía los desfiles-, y la iglesia de la Virgen de África.
Y, finalmente, podemos apuntar el aire místico y solemne de la plaza, cuando el campanario de la catedral hacía voltear las campanas, dejando en el ambiente: los ecos metálicos de los sones, que como estallidos de vida, hacían volar en estampidas a los pájaros que dormitaban en las ramas de las altas araucarias.
Dijera el poeta de la rosa: «que no se la toque más», porque ya fue creada por Dios lo suficiente bella y hermosa desde el primer día que abrieron sus pétalos a la luz de la mañana... De igual manera las autoridades del ayuntamiento no deberían tocar más el entorno de este parque ajardinado donde reposan los soldados muertos en las campañas militares de África y ahora descansan en el sueño eterno.
"Advertidos se hallan los políticos al uso, que sin consultar a los ciudadanos ni saber sus opiniones, no se debe acometer ninguna remodelación que afecte al paisaje urbano"
No; no deseamos que se toque más el entorno emblemático de la plaza de África; y, preferimos que se invierta el coste total de esta obra a realizar de forma más racional en diferentes barrios que a todas luces lo están necesitando más.
Podemos apuntar algunos, pongamos: La Almadraba, Los Rosales, Juan Carlos I(“La Pantera Rosa”), Hadú (San José), Manzanera, El Mixto, Villajovita, Benzú, Benítez, la Puntilla, el Recinto, el Sarchal, Maestranza o el Príncipe entre otros...Y, mejor sería destinar el gasto de la remodelación de la antigua calle Misericordia (gran vía) y el entorno de la plaza de África, en rediseñar y construir una frontera del Tarajal donde puedan transitar las personas y las mercancías con la suficiente seguridad para la vida, y no quede colapsada el paso de vehículos y viajeros un día sí y otro también, sin que se vea solución a este problema que está condicionando, sin lugar a dudas y de manera manifiesta, el futuro de la ciudad.
De manera recurrente aquellos que han gobernado la ciudad desde mediados del siglo pasado, han destruido y construido, y vuelto a destruir para a continuación construir... los tres o cuatros km2 del centro de la ciudad, como si Ceuta sólo fuera estos escasos Km2 que van desde el puente Cristo hasta las calles que acceden a la plaza de los Reyes.
Y, bien, sabemos que nuestra capital abarca 19 Km2, -ahora 20 Km2 con los rellenos-; y habría que haber extendido el equipamiento y la renovación urbana hacia otros lugares exteriores que hubiesen dado más dinamismo y más racionalidad a la urbe.
Parece increíble que todo el equipamiento y la renovación se haya realizado exclusivamente sobre el centro histórico: nuevas carreteras bajo las balaustradas de las rondas de las Palmeras y la Marina, nuevo puente sobre el Foso, puerto deportivo, pueblo marinero, casino, parque marítimo, helipuerto, auditorio del Revellín, etc., destrozando todo el castizo centro histórico de su paisaje primigenio, dando como resultado el alejamiento del mar y su lámina azul de los paseos de la Palmeras y de la Marina; y dejando como consecuencia la ausencia de las vistas y el olor a salitre y a mar, que ahora cubre el negro del asfalto y el gris del cemento.
En otras ciudades, pongamos Cádiz, con un casco antiguo esplendido, el centro se ha ido desplazando hacia el extrarradio, dejando intacto el patrimonio cultural del casco antiguo y dinamizando otros lugares de la ciudad.
No ha sido así el caso de nuestra localidad, que no han promocionado otras zonas naturales de expansión, como podía haber sido las zonas altas del Morro y Hadú, proveyéndolas de equipamientos de parques y zonas verdes, que modernizaran e hicieran atractivas y atrayente su habitabilidad; y, abandonado sobre la zona centro la obsesión de tener constantemente que andar destruyendo todo vestigio cultural e histórico que nos dejaron los siglos, para luego, construir nuevos paseos e edificios impersonales y sin ninguna referencia atávica que nos identificara.
Téngase, por tanto, advertido los advenedizos políticos de nuestra capital, de la falta de rigor y de despilfarro de las obras a acometer; porque sin ir más lejos, como prueba y botón de muestra, hace sólo unos días se talaron unos árboles -especie schinus molle (falso pimentero), según la asociación ecologista «Septem Nostra»- que recordaban a los sauces y que daban rica sombra y verdor al bello y castizo rincón de las puerta de la catedral.
Y, denunciamos este bárbaro atentado contra el paisaje clásico y urbano de este magnífico y recoleto rincón; porque parece que los políticos que administran los presupuestos públicos no les alcanza la sensibilidad para anular proyectos inadecuados que eviten la aplicación de ordenes absurdas y antinaturales, pongamos: cercenar la vida de unos árboles sin detenerse a pensar que también son seres vivos; y, que de seguro, no saben ni entienden que con esta brutal tala también matan un paisaje con el que crecimos y con el que nos identificamos como algo nuestro que nos pertenece; y, que de manera natural, fue creciendo como una proyección más de nosotros mismos, en la estampa deseante y deseada de nuestra niñez y nuestra adolescencia.
La vida como un exponente de lugares, de sensaciones, de amor de ciertos rincones entrañables que va hilando el tejido siempre mágico entre el alma de una ciudad y la tuya...
Advertidos se hallan los políticos al uso, que sin consultar a los ciudadanos ni saber sus opiniones, no se debe acometer ninguna remodelación que afecte al paisaje urbano de la ciudad; y menos aún si otros lugares esperan como agua de maño, que sean atendidas de su proverbial y reiterado abandono.
Advertidos se hallan, porque han de saber que, en definitiva, los verdaderos herederos del acervo cultural y el patrimonio histórico de nuestra ciudad son los ceutíes. Y, porque el tan manoseado centro de la ciudad no es una imagen de papel couché, que haya que renovarse ineludiblemente al antojo del titular de turno del ayuntamiento, para que Ceuta esté bonita y glosada su última renovación en las postales de los quioscos; sino para que sea una ciudad donde su belleza y su armonía se repartan por igual por sus plazas, calles, jardines, y su exultante litoral... Podemos estar equivocados y que la razón se encuentre de parte de otros; sin embargo, un pueblo que no debate, que no defiende con orgullo su patrimonio heredado de sus mayores, es un pueblo vencido de antemano y un pueblo sin futuro.
A tal fin, habrá que levantar la voz, paisanos, y defender a Ceuta, la ciudad que se anuncia como un estandarte de luz y de belleza principiando un mar inabarcable: el mar Mediterráneo.
La ciudad que columbra desde la cuesta de un otero el paso de la historia y el término de los siglos... La ciudad de los crepúsculos como rojas amapolas... La ciudad que se ama como a una eterna novia... La ciudad que se alza como una rosa única entre la Mujer Muerta y el Hacho... En definitiva, la ciudad tuya y mía, a pesar de la estulticia de algunos...
A propósito del patrimonio que nos pertenece y con el que crecimos; a propósito de que "los verdaderos herederos del acervo cultural y del patrimonio histórico son los ceuties"; y aparte todo lirismo subyacente en el texto, lo cierto es que el acervo cultural portugués que nos caracteriza y forma parte de nuestro patrimonio inmaterial está siendo laminado por quienes sientan sus posaderas en los bancos de la Asamblea, en combinación con secuaces extra asamblearios. Ya te supongo enterado de que no se celebró institucionalmente en agosto de 2015 el VI Centenario de la conquista de la ciudad por Portugal, porque el alcalde Vivas se arrugó y no se atrevió a ello ante las protestas de partidos asamblearios y sus compinches extra asamblearios, que sacaron a pasear genocidios, masacres, exterminios y matanzas por doquier. Si bien te has fijado, Manuel, la estatua sentada de Pedro de Meneses (aquel del "con este palito me basto", cuando fue nombrado gobernador de Ceuta a la marcha de Juan I de Portugal y sus mesnadas), no le ha sido añadida, a la estatua, un placa en la que se lea quién fue y por qué está ahí. Tal vez se avergüencen quienes gobiernan estos 19 km2 del tal Pedro de Meneses, o para no molestar a los de la masacre, genocidio y demás lindezas. Está bien que se conserven ciertos arbolitos, pero aún más debería conservarse ese patrimonio portugués que nos caracteriza e identifica, al menos a una parte de la población, la otra parte se instaló de aluvión ante la pasividad de quienes estaban llamados a evitarlo. Colaboracionistas les dicen, que hay en toda época y lugar. En fin, Manuel, por Ceuta, siempre por Ceuta.
Estimado paisano Silvio:
He de decirte que la lírica me cautivó desde que de pequeño viera caer los jazmines blancos del jazminero que plantara mi abuelo Joaquín, y mi madre cuidara como si fuera su mayor Tesoro. Después, pasados los años... ese lirismo primitivo de la niñez, me hizo ser prisionero de la prosa poética de “Años y Leguas” de la colección que principiando los años 70, TVE trató de acercarnos a la literatura. Y, desde entonces -sin ni siquiera rozar su bella prosa- traté de escribir al modo como él trataba de hacernos sentir una calle, un parque, un jardín, un patio, una arboleda, una sierra o un valle lleno del frescor de las fuentes...
Muchos dicen de mí que soy un radical y estoy fuera de la modernidad... Pudiera ser que tuviesen razón; sin embargo, mi profesión ha sido la de marino mercante, y he tenido la ocasión de visitar muchos lugares allende el Estrecho. Y, por tanto, estoy en condiciones de afirmar que pocos lugares de los que he visitado han sido tan maltratados como esa joya paisajística que era Ceuta hasta los años setenta: verdadero paisaje de luz, en la luz ancestral de los siglos de nuestra exultante y antigua ciudad que fuera de los portugueses...
Todo lo que dices, Silvio, de los portugueses llevas toda la razón. Porque Ceuta en los avatares de las conquistas que se sucedían a finales de la Edad Medía y principio del Renacimiento, los portugués conquistaron -el 21 de agosto de 1415- para sus fines de expansión marítima en el mundo, nuestro capital, dándole como enseña el escudo de Portugal, que es el que nos identifica y nos traslada a la primigenia razón de ser de nuestra urbe como una ciudad española, que si antes no lo hubieran conquistado los portugués, es posible que nunca hubiese pasado a la corona de Felipe IV en el año del Señor de 1640, cuando Portugal se separó de España.
De tal modo, no entendemos el porqué no se celebró el 500 aniversario de la incorporación de la ciudad al reino de Portugal, cuando Ceuta le debe a Portugal su herencia histórica que se concreta en un paisaje de fosos y murallas únicos en el mundo, y en la imagen de la misma patrona, la Virgen de África, tan portuguesa como Lisboa.
Dicen que la cobardía pudo ser el motivo, sin embargo nos parece un motivo insulso y pueril, porque la historia se contempla para ser contada, a pesar de que a algunos no les guste como sucedieron los hechos en este rincón traspasado de siglos entre el Hacho y las sierras del Atlas...
Atentamente, Manuel Castillo Sempere
Que acertada y sabias palabra las suyas D.Manuel. Lástima que la pluma y la prosa no sea lo mio pero lo cierto es que la indignación y rebelión ante los despropósitos es compartida con usted. Advertidos se hallan los políticos como bien lo expresa, pero acaso cree que les importa nuestra opinión...?...? ?....Si les importase la mitad solo de lo que la "necesitan" (ahora si) para "auparse" a sus poltronas .......otro gallo cantaría.
Y ese gallo cantaría y desde bien temprano como para chillar y fuerte por si acaso le oyen que el dinero de esas obra,tan innecesarias como apresuradas serian más útiles realizadas en las barriadas de la Ciudad como usted bien dice y dotarlas de más infraestructuras (deportivas por ejemplo) o de otra índole. Porque las carencias en estos barrios lejos del Centro donde viven tantos caballas o ceutíes ( que para los políticos parecen de segunda ) son muchas y múltiples.
Les invito a hacer ejercicio y visitarlas una vez al mes. Sentir su pulso y sus peticiones, estudiarlas con rigor y una vez consensuadas con justicia y sensatez aplicar el sentido común de quien se sabe servidor de los demás porque así lo han decidido tod@s. Y saber que por esas mismas cualidades se recordarán a los "gestores" de "nuestros impuestos".
Bien dicho queda por D. Manuel!!!!!!!!!...dejen tranquilos descansar a los muertos que nuestra Plaza de África tiene mucha historia y mucha vida así tal y como está....oigan y escuche por qué tantos ven lo mismo y ustedes no ....?..? Y como bien dice D. Manuel "Advertidos quedan " y sin ánimo de amenazas (líbreme Dios y pobre de mí) que ya se encargará la vida y la historia de dejar a casa uno en su sitio.....?
__Bien dicho por usted, "paisano" , porque manifiesta la misma indignación y rebelión que muchos de los ceutís, dentro y allende el Estrecho... No sé si los políticos de turno nos harán caso, sin embargo ahí queda nuestra manifiesta repulsa a tanta estulticia y estupidez de su parte, pues están construyendo una ciudad desigual donde por una parte se quiere mostrar una capital de lujo llena de equipamientos y luces; y por otra una ciudad descarrilada del progreso y sumida en el abandono...
___Y, hago mía , si última frase, a saber: Y como bien dice D. Manuel: “Advertidos quedan ” y sin ánimo de amenazas (líbreme Dios y pobre de mí) que ya se encargará la vida y la historia de dejar a casa uno en su sitio…..!"