Las
playas pequeñas, de difícil acceso, escondidas entre montañas y con vistas a la costa desde
Tánger hasta Alhucemas se han convertido en el recurso más preciado para las familias que huyen de la masificación y de los turistas. Los paseos y las playas de Tánger, Mertil, M’diq, Fnideq, Oued Laou y Al Hoceima son las más demandadas por los turistas, los vecinos de la zona y las familias conservadoras tratan de evitarlas, según apunta el medio marroquí Tanja24, con el objetivo de “garantizar el disfrute de la playa con respeto”. Estos destinos escondidos se encuentran entre Tetuán y
Chaouen, su principal característica y lo que las convierte en un reclamo es que no están superpobladas. Por un lado, la mayoría de estas playas no tienen la capacidad suficiente para acoger aun gran número de turistas, y por otro lado, son totalmente desconocidas para los extranjeros que escogen la costa marroquí como destino vacacional. Y eso, es lo que las hace tan especiales para los lugareños. ¿Y cuáles son esas playas? Se encuentran en Amsa, Azla, Oustam, Agnaneesh y Tegessa. A pesar de la crítica de muchas personas hacia la asignación de playas de uso exclusivo para familias, ya que son de propiedad pública y ningún hotel ni establecimiento puede acotar una zona, la experiencia de otros países costeros cercanos demostraron la efectividad de esta idea en términos turísticos. La situación de las calificaciones de las zonas naturales en las regiones de Tánger y Tetuán, fueron decisivas para situar los accesos y llevar a cabo los planes estratégicos que acondicionan las playas turísticas. Este hecho llevó a los responsables de urbanismo de la zona costera a aprovechar al máximo la temporada de verano gracias a la afluencia de público que demanda sol y playa en Marruecos.