La plantilla de
Servicios Sociales no siente “reconocida” por parte de
la Ciudad, tampoco en relativamente pequeños detalles como dar “flexibilidad” para que los trabajadores adscritos haya podido tomarse sus días de vacaciones no disfrutados el año pasado más allá del 31 de marzo, fecha a la que se ha extendido este ejercicio de forma extraordinaria esa posibilidad, habitualmente restringida hasta finales de enero. Es “la gota que ha colmado el vaso”, lamentaron este jueves fuentes del equipo, formado por unos 25 empleados públicos, la mayoría trabajadoras y educadores sociales y personal administrativo. “En marzo del año pasado, cuando se declaró el primer estado de alarma para
la pandemia, fuimos declarado servicio esencial y desde ese mismo instante todas las personas que formamos este equipo aceptamos la obligación y la devoción de trabajar de manera incansable, doblando incluso el turno de trabajo, sin posibilidad alguna de descanso y de manera presencial para contribuir a aliviar las consecuencias de esta terrible crisis”, contextualizaron desde el área. Los últimos doce meses han venido marcados por un ritmo de trabajo “imposible de soportar” con el que la plantilla ha lidiado “desbordada, acelerada y sin descanso, sin tregua y sin pausa”. “En este tiempo hemos perdido personal imprescindible que aún no ha sido sustituido y nos encontramos en una situación de desventaja y agravio comparativo con el resto de empleados públicos que traspasa los límites permitidos”, añadieron. Además, “el altísimo volumen de trabajo nos ha impedido poder tomarnos días de descanso, pero ahora, cuando a pesar de no haber mejorado demasiado laboralmente sí podríamos por fin tener la posibilidad de disfrutar esos días, nos encontramos con el fin del plazo para hacerlo y sin ninguna flexibilidad por parte de la Administración”. Para los afectados esta ha sido “la gota que ha colmado el vaso” de la “falta de reconocimiento y sensibilidad” que aprecian en la Ciudad. “Hemos cumplido con creces nuestra obligación y a cambio perdemos el derecho a disfrutar de las vacaciones de las que nos privaron, algo que no nos parece justo, sobre todo si se valorara que mientras otros compañeros permanecen en sus domicilios sin trabajar como medida preventiva contra el COVID-19 nosotros
en Servicios Sociales hemos trabajado al 100% de la plantilla, sin descanso ni reconocimiento de ningún tipo”, han comparado. En cualquier caso, los trabajadores consultados se han mostrado “orgullosos” de “pertenecer a este gran equipo personal que forman los Servicios Sociales”, pero también “indignados por el trato que recibimos y con casi el 40% del total todavía pendiente de ser vacunado”.