El Ministerio de Política Territorial no ha pedido a Tragsatec que explore en la elaboración del Plan Estratégico que para Ceuta y Melilla le ha encomendado elaborar en seis meses si es conveniente que ambas ciudades prescindan de la excepcionalidad que en el Tratado de Schengen ha permitido hasta ahora el acceso sin visado a ambas ciudades de los marroquíes residentes en las provincias de Tetuán y Nador, respectivamente. Esa es, a juzgar por el tenor literal del encargo, una decisión tomada.
Uno de los tres “ejes” sobre los que debe gravitar la asesoría del medio propio en la redacción de los documentos es “la inclusión de ambas ciudades en el Espacio Europeo Sin Fronteras o Tratado de Schengen con el objetivo de visibilizar los límites de la frontera sur de la Unión Europea”.
Los otros dos son la necesidad de dar un “impulso” a “las conexiones con la Península y la actividad portuaria, además de reforzar los Servicios Públicos, insuficientes para el volumen actual de la población, especialmente en los ámbitos de la sanidad, la educación y los servicios sociales”, por un lado; y, por otro, de promover un “nuevo modelo económico”.
Para este último desafío se cuenta como “base” con los Fondos Next Generation de la UE, la “identificación de políticas regulatorias”, la “implantación de un modelo impositivo y maximización de beneficios fiscales para el impulso de nuevos sectores de actividad”, un “nuevo posicionamiento que permita reducir la dependencia de los recursos exteriores en el sostenimiento de ambas ciudades” y el “análisis y detección de sectores económicos clave en los que maximizar las inversiones, así como propuesta de proyectos de inversión e infraestructuras.
La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, reconoció la semana pasada, aunque evitó entrar en detalles, que el posicionamiento sobre acabar con la excepcionalidad de Schengen y pedir entrar en la Unión Aduanera europea está “casi casi” tomado y la “hoja de ruta” que se ha pedido elaborar a Tragsatec debe partir de una decisión favorable, al menos en el primer caso.
El encargo del Gobierno de Pedro Sánchez argumenta que “la situación social de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, junto con el deterioro económico y el vuelco demográfico producido por los flujos migratorios, subrayan el reto sociodemográfico y económico que es necesario afrontar en ambas, con una preocupante brecha social y unos servicios públicos sobresaturados, además la presión fronteriza y los problemas de seguridad”.
“Se hace necesario establecer una hoja de ruta que se pueda plasmar en unos Planes Estratégicos con una batería de propuestas a corto y medio plazo para las dos ciudades autónomas, documentos que permitan afrontar una transformación estructural de ambas reposicionándolas en el contexto socioeconómico actual”, abunda el Ejecutivo del PSOE y Podemos.
Tragsatec recibirá casi 615.000 euros por redactar un ‘Documento de Estructura y Contenidos de la documentación técnica de apoyo a la elaboración de los Planes Estratégicos Integrales de las Ciudades Autónomas’ y por “recopilar los estudios y la información previa existentes, así como de los datos demográficos y socioeconómicos necesarios para la realización del análisis y la caracterización de ambas ciudades.
El medio propio prevé celebrar hoy dos encuentros telemáticos para explicar el cuestionario que ha remitido a los 150 agentes de la ciudad que ha seleccionado con el fin de recabar sus opiniones y propuestas para sentar las bases del futuro de Ceuta.
Mateos ha respaldado eliminar la excepción y llegar a acuerdos para los residentes más cercanos
El secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba, planteó explícitamente en Ceuta a mediados de junio del año pasado, justo después de la crisis de mayo, que el Gobierno estaba “considerando” la posibilidad de “suprimir” el régimen especial que para las ciudades autónomas se dispuso cuando España ingresó en Schengen, una excepcionalidad que permite a los residentes en las provincias marroquíes de Tetuán y Nador acceder sin visado a Ceuta y Melilla, respectivamente.
“De esa forma el control fronterizo pasaría a estar en el paso con Marruecos” y no en el puerto, explicó en declaraciones a los medios González-Barba, quien advirtió que se trata de “un asunto de enorme calado que precisa del máximo consenso tanto en la ciudad como entre las fuerzas políticas nacionales”.
Semejante cambio de paradigma siempre ha suscitado inquietud no solamente por el cambio que supondría en términos económicos (minimizado por el estrangulamiento del comercio transfronterizo acometido por el país vecino), sino también socialmente e incluso en términos diplomáticos en función de cuál fuese la reacción del Reino alauita.
La delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, se ha mostrado contundente al respecto cuando se le ha preguntado: “Yo sí soy partidaria, sinceramente”, dijo en agosto del año pasado, “de que la gente tenga que venir con visado con independencia de que más adelante se pueda llegar a algún acuerdo para los pueblos más cercanos”.
“Vamos a controlar mucho a los que vienen y no sabemos a qué porque tenemos que saber a qué lo hacen o traer dinero para estar en la ciudad. Con los trabajadores transfronterizos legalizados, los turistas o las familias que crucen a visitar allegados no va a haber problemas”, esbozó su plan para cuando se reabra la frontera.
El plan ‘Por un futuro más estable y más seguro para Ceuta’ aprobado por el Pleno a finales de 2020 incluye que “para tener una frontera equiparable a la generalidad del resto de fronteras exteriores de Europa y para reducir la presión migratoria procedente del país vecino y ser más eficaces en la contención de la misma” es conveniente “estudiar la posibilidad de una revisión en profundidad de la actual excepción al Tratado Schengen” analizando previamente sus “las consecuencias económicas y sociales” de su eliminación o modificación para “lograr que, en relación con la inmigración irregular de marroquíes y argelinos, adultos y menores, la frontera efectiva y real esté en el Tarajal, y no en el puerto, como actualmente”.
Seguridad
Frontera sur. El encargo del Gobierno central a Tragsatec explica que uno de los ejes de los Planes Estratégicos de Ceuta y Melilla debe pasar, en el plano de la seguridad, porque “entre otras medidas, se contempla la inclusión de ambas ciudades en el Espacio Europeo Sin Fronteras o Tratado de Schengen, con el objetivo de visibilizar los límites de la frontera sur de la Unión Europea”.
Europa
Servicios públicos. El segundo es la necesidad de un “impulso de las conexiones con la Península y de la actividad portuaria, además de refuerzo de los Servicios Públicos, insuficientes para el volumen actual de la población, especialmente en los ámbitos de la sanidad, la educación y los servicios sociales”.
Economía
Nuevo modelo. La tercera pata del Plan debe ser buscar un neuvo modelo económico “con base en los Fondos Next Generation, identificación de políticas regulatorias e implantación de un modelo impositivo y maximización de beneficios fiscales para el impulso de nuevos sectores; nuevo posicionamiento que permita reducir la dependencia de los recursos exteriores; y análisis y detección de sectores económicos clave en los que maximizar las inversiones, así como propuesta de proyectos de inversión e infraestructuras”.
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