Piñar-Tetuán, un vínculo irrompible

La Asociación Cultural Sharq Al-Andalus, cuyo objetivo es la defensa y puesta en valor del patrimonio andalusí, básico en la conformación identitaria de la actual Andalucía, ha tenido conocimiento a través de los medios de comunicación y de la propia página web del Ayuntamiento de Píñar de la ruptura de forma unilateral del hermanamiento con la ciudad marroquí de Tetuán. La decisión tomada por dicho Ayuntamiento en Pleno del viernes 12 de junio de 2020 está al parecer motivada por la falta de respeto a los derechos humanos por parte de la monarquía alauí.

Los argumentos mencionados en el comunicado se ubican en diferentes ámbitos como son la política nacional marroquí, la política internacional o los Derechos Humanos, y pueden estar cargados de justicia y verdad para juzgar a un determinado Gobierno o a una determinada Monarquía, pero eso no significa que sean apropiados para juzgar y romper de manera unilateral una relación de hermanamiento de carácter local como la existente entre Píñar y Tetuán, basada en profundos vínculos históricos y culturales. Las relaciones entre los pueblos y sus habitantes no tienen nada que ver con los respectivos Estados y sus políticas, muchas veces ajenas a los intereses de los pueblos.

Píñar tiene una vinculación cultural e histórica con Tetuán que trasciende de decisiones políticas. El piñero Ali Al-Mandari علي المنظري, jefe militar del reino nazarí de Granada y alcaide andalusí de Píñar que tras su exilio de Granada junto a muchos de sus vecinos refundó y gobernó Tetuán desde 1485 hasta su muerte, representa como nadie esa unión que sin duda debe ser cuidada y nunca romperse por decisiones políticas unilaterales. Por otro lado, en su historia común y en su hermanamiento con Tetuán, Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO y una de las grandes ciudades del norte de África, Píñar puede encontrar grandes posibilidades culturales y turísticas que merecen la pena ser exploradas.

Los pueblos (todos) tienen que buscar elementos de confluencia y de unión, y pensamos que es responsabilidad de los organismos públicos coadyuvar en la consecución de esos objetivos. Si algo nos demuestra la actual crisis provocada por un agente vírico es que los retos y problemas a los que se enfrenta la Humanidad en su conjunto sólo se pueden combatir uniendo a la comunidad internacional y al ser humano como especie inserta en un ecosistema que nos engloba a todos.

Si no se rectifica y la ruptura del hermanamiento se convierte en un hecho, el alcalde de Píñar y su equipo de gobierno serán responsables de haber despreciado y destruido un puente de encuentro de su pueblo con su propia memoria e identidad históricas, y de haber levantado en su lugar un muro para la separación y el olvido.

Hacemos, por todo lo dicho anteriormente, una petición al Ayuntamiento de Píñar para que reconsidere una decisión que es errónea a todas luces.

Rectificar es de sabios.