Piden un año y medio para un comerciante al que acusan de agredir a unos policías

Se trata de un suceso que tuvo lugar en enero de 2008 en una de las naves del polígono del Tarajal. El acusado negó las agresiones y aseguró que él era la víctima.

La magistrada del juzgado de lo Penal número uno dejó ayer visto para sentencia el juicio celebrado contra un hombre acusado de cometer un delito de atentado. En el banquillo se sentó el empleado de una de las naves del polígono industrial del Tarajal que se enfrenta a un año y seis meses de prisión por una supuesta agresión a unos agentes de la Policía Nacional a inicios del año 2008. Según el escrito de acusación y el atestado levantado por los policías, todo sucedió en la mañana del día 17 de enero en una de los comercios colindantes al puente del Biutz. Los agentes que depusieron en el acto del juicio aseguraron que ellos estaban controlando la afluencia de porteadores en la zona y que de la nave en la que trabajaba el acusado salió una veintena de ellos que se colaron provocando una alteración grave del orden público. Según relató uno de los agentes de la UIP, el acusado salió del comercio, le insultó  y, posteriormente, se negó a darles la documentación metiéndose en la nave. Uno de los policías dijo que entró para intentar sacarlo y que entonces lo abordaron e intentaron cerrar las puertas del comercio para dejarlo encerrado. En ese momento pidió auxilio a sus compañeros y dos de ellos lograron ayudarle. En todo momento negó que agredieran al acusado. Esta misma versión fue sostenida por hasta tres agentes de la Ley.
Por su parte, el trabajador imputado explicó que la víctima de aquellos hechos fue él. El hombre narró cómo uno de los agentes entró en la tienda “gritando y con la porra en la mano” indicando a una de las clientas que saliera. Él salió en defensa de la mujer señalando que no tenía por qué salir ya que se encontraba comprando y tenía que pagar. Tras la exigencia del agente y la negativa del trabajador el policía optó por exigir también la salida del empleado. El acusado admitió que se negó a salir y añadió que la respuesta del agente fue utilizar la fuerza para sacarle de allí llegando a golpearle con la porra e incluso tirándole al suelo. Uno de los testigos, trabajador de una nave cercana, definió lo ocurrido diciendo que “los agentes sacaron a este hombre como si fuera un animal (...) Fue muy doloroso y penoso ver cómo trataron a un ser humano”. El testigo se refirió al momento en que el acusado se agarró a la puerta para intentar evitar su salida  y tres agentes de la Policía Nacional utilizaron la fuerza para obligarlo llegando a ponerle una porra en el cuello, arrastrarlo por el suelo y dejarlo 30 minutos esposado y tirado en el suelo, según dijeron los testigos, el acusado e incluso alguno de los agentes. El acusado negó “haber agredido, insultado o intentado agredir” a los agentes.

Denuncias similares en 2009

En enero del año 2009 se produjo un caso similar. Un comerciante llamado Bernard Berrada, dueño de una nave del Tarajal, denunció que el día 27 unos agentes de la Policía Nacional habían entrado en su negocio y, de forma injustificada, le habían agredido a él y a otra persona. En esa ocasión los agentes no les denunciaron a ellos, aunque es bien cierto que en este caso hubo un vídeo de seguridad que, aunque no reflejaba la identidad del agresor, sí que mostraba lo ocurrido e incluso que se trataba de agentes de la Policía, a pesar de la mala calidad de las imágenes. Los paralelismos con la historia que se juzgó ayer en el Penal número uno son bastantes y en ambos casos los agentes aludieron a situaciones de alteración del orden público.