El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dejado visto para sentencia el juicio seguido contra M.L.M., quien fue detenido en agosto de 2019 por su presunta relación con la droga recuperada por la Guardia Civil tras una persecución a una semirrígida que terminó de forma accidentada en el Sarchal. El acusado niega los hechos, pero Fiscalía considera que ha quedado acreditada su implicación tanto en un delito contra la salud pública como en otro de hurto, por lo que pide hasta 7 años de cárcel. Su defensa ha solicitado la libre absolución al no haber prueba suficiente que enerve su presunción de inocencia. En total fueron recuperados más de 116 kilos de hachís repartidos en fardos que fueron arrojados al mar desde la lancha, ocupada por tres personas, dos de las cuales consiguieron escaparse tras esconderse entre las chumberas del Sarchal.
Hasta cinco agentes de la Guardia Civil han prestado declaración este miércoles. Tres de ellos componentes del Servicio Marítimo y dos de patrullas. Los primeros han narrado básicamente cómo fue la intervención tras recibir la alerta de la central COS de una embarcación sospechosa de estar realizando un pase de drogas. Era el 1 de agosto de 2019 y cuando el Marítimo llegó al punto establecido los ocupantes empezaron a tirar fardos al mar para deshacerse de la prueba del delito. Después emprendieron la escapada y terminaron colisionando en el Sarchal, saliendo a la carrera sus tres ocupantes y yendo cada uno por una zona. Los tres agentes no han podido identificar al acusado, pero sí han insistido en que lo vieron salir de la embarcación, en que vestía ropa oscura y en que emprendió camino hacia arriba donde esperaban las patrullas para su arresto, ya que el servicio “estuvo muy bien coordinado”, ha recalcado uno de los agentes. Han coincidido en que los ocupantes tuvieron que mojarse debido a la carrera que emprendieron que fue bastante arriesgada. “No querían parar, iban en plan kamikaze”, ha apuntado uno de los efectivos del Marítimo, que ha calificado la situación de bastante “violenta”. De los más de diez fardos que arrojaron al mar, a la Guardia Civil le dio tiempo a recuperar cuatro, persiguiendo después a los sospechosos.
Quienes han sido más claros a la hora de identificar al acusado han sido los dos guardias civiles de patrullas que intervinieron ese día. Uno ha indicado que él fue quien arrestó al acusado, sin tener duda alguna de que era la misma persona que había saltado de la embarcación. Ha manifestado que tenía la ropa húmeda, aunque ese extremo no figura en el atestado que se realizó. Otro agente ha insistido en que vio perfectamente cómo el acusado bajó de la embarcación, topándose prácticamente con él hasta arrestarlo; este le dijo que estaba practicando footing. A través de videoconferencia ha declarado el dueño de la embarcación para decir que la tenía en el puerto deportivo y que se la robaron, indicando que le había costado unos 7.000 euros siendo de segunda mano.
Por su parte el acusado ha negado los hechos, indicando que ese día estaba haciendo deporte siguiendo la ruta que hace de manera habitual y que comienza por Santa Catalina para terminar por el Sarchal. Fue allí donde le paró la Policía Nacional para identificarlo y donde, dice, se le acercó un guardia civil para acusarle de ser uno de los ocupantes de esa embarcación. Ha indicado que solo estaba sudado, no empapado y que nunca formó parte de la tripulación vinculada con la droga encontrada. Ha indicado además que no portaba ropa negra, sino solo la camiseta de ese color mientras que los pantalones eran naranjas.
Fiscalía ha considerado que los hechos están acreditados, solicitando una pena de 7 años de prisión, al existir un delito de hurto y otro de tráfico de hachís con la agravante de notoria importancia y uso de embarcación. Ha calificado de “claros” los testimonios de los guardias civiles, que en ningún momento han dudado en vincular a quien salió de la embarcación con quien llegó hasta la parte superior del Sarchal en donde se le detuvo. Ha insistido además en que las versión del acusado en instrucción y en el acto de juicio oral han sido contradictorias.
Por su parte la Defensa ha pedido la libre absolución de su patrocinado al no haber prueba de cargo suficiente y existir dudas más que razonables para enervar el principio de presunción de inocencia. Ha lamentado que la actuación de la Guardia Civil fuera “nefasta” ya que, disponiendo de medios, no llevó a cabo un informe dactiloscópico para comprobar si había huellas de su patrocinado en la embarcación ni, tampoco, hizo un examen de la ropa que este llevaba después de solicitarse una prueba de salinidad. De hecho la pieza de convicción fue destruida. Ha considerado los testimonios de los guardias como “contradictorios” cuestionando que quienes estaban en la parte superior del Sarchal pudieran ver a los que salían de la embarcación. “Intentan justificar algo que mi cliente no ha hecho”, ha recalcado.
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