El pasado 18 de mayo, en plena crisis derivada de la entrada de miles de marroquíes en Ceuta, hubo quienes lo aprovecharon no solo para llevar a cabo acciones de venganza contra adultos y menores que deambulaban por las calles, sino también para mofarse de ellos. Uno de los episodios que se hizo viral y provocó una condena social casi unánime fue el protagonizado por dos individuos que, a plena luz del día, apostados desde una vivienda ubicada en la avenida de la Marina Española, dispararon con una carabina a un menor de edad marroquí que paseaba con otros compatriotas por la calle.
Mientras uno disparaba, otro grababa la escena con su teléfono móvil con la intención de reírse de él, difundiendo con posterioridad esa grabación.
Ahora, solo unos meses después de aquello, el Ministerio Fiscal ha calificado los hechos encuadrándolos en un delito de incitación al odio y a la discriminación y en otro de lesiones con uso de instrumento peligroso, tal y como han confirmado fuentes judiciales consultadas por El Faro de Ceuta.
Las peticiones recogidas en su calificación provisional de los hechos que formula el Ministerio Público son ejemplares. Por el delito de incitación al odio, solicita para cada uno de los dos acusados que se le imponga la pena de 4 años de prisión y 12 meses de multa, a razón de 12 euros diarios. Una petición a la que se añade la inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión u oficios educativos, en el ámbito docente y deportivo, durante un tiempo de 10 años.
Por el delito de lesiones, la Fiscalía solicita una pena de 5 años de prisión, considerando la concurrencia de la circunstancia agravante de discriminación. Además se solicita que los dos acusados indemnicen de forma conjunta y solidaria a la víctima por las lesiones sufridas y en la cantidad de 3.000 euros por los daños morales.
En el momento en que se encuadraron estos hechos había crispación en cierto sector social por la entrada masiva de marroquíes. Considera el Ministerio Público que ambos acusados quisieron mostrar un ánimo de venganza contra el colectivo magrebí que deambulaba por las distintas zonas de la ciudad.
Con un claro ánimo de mofa, usaron un arma tipo carabina, de calibre 5.5, que era propiedad de uno de los acusados. Aprovechando el tránsito constante de personas, burlando cualquier mínimo principio de convivencia, de empatía, de humanidad y solidaridad, efectuaron un disparo contra un grupo de marroquíes. Entre ellos estaba un menor de 17 años que fue el que se vio alcanzado. Uno disparaba y el otro grababa la escena en su teléfono móvil mientras se reían y pronunciaban insultos. Ese vídeo no solo empezó a pasarse de móvil a móvil vía whatsApp, sino que además se difundió por diversas redes sociales, alimentando la burla y el odio.
Si grave fue la actuación del disparo y la grabación, a esto le siguió la consecuencia directa de esas acciones, porque lo que provocaba era un aumento del odio o del rechazo hacia el colectivo de personas extranjeras que habían accedido a Ceuta entre la madrugada del 17 y toda la jornada del 18 de mayo.
El menor sufrió lesiones, teniendo que recibir puntos de sutura. Las investigaciones abiertas por la Policía Nacional para dar con los implicados dieron su fruto, ya que después de conocerse lo ocurrido se dio con la vivienda desde la que se había efectuado el disparo y se detuvo al presunto autor del mismo, identificándose después a quien le acompañaba.
La difusión de este vídeo dio pie a una cadena de protestas y quejas de muchas personas por la crueldad empleada por el sujeto que hizo tal acción. Además hubo reacciones por ejemplo de la APDHA. La asociación alertó de que se “estaban viendo sus derechos fundamentales –los que deberían ser protegidos ante todo– vulnerados de forma gravísima, hasta el punto de que los inmigrantes eran devueltos sin que nadie haya hablado con ellos, de dormir en la calle, de estar siendo víctimas de disparos con escopetillas de plomo –conocidos como perdigones– por las calles y de que el Estado no garantice su protección”, dijo.
Fueron miles las personas que cruzaron a Ceuta en la llamada crisis de mayo. Adultos pero también gran cantidad de menores. Ceuta se vio afectada por una situación inesperada que derivó en el viaje urgente del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en la activación de las alertas a todos los niveles para resolver una crisis diplomática de envergadura.
En ese periodo se vivieron episodios paralelos de todo tipo, pero sin duda uno de los que más se habló fue este: el de la agresión cometida por dos individuos contra un menor marroquí al que dispararon haciendo uso de una carabina, grabando la actuación con su teléfono móvil para luego difundir de manera masiva su acción con ánimo de mofa.
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