Octubre de 2011. La noche del día 12, una familia residente en una vivienda de Pasaje Recreo volvió a nacer. La casa que habían adquirido quedó completamente destrozada tras un incendio provocado que fue el punto y final a una rosario de amenazas y advertencias de lo que iba a suceder. Los integrantes de esta familia prestaron este martes declaración ante el tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta y no tuvieron duda alguna en señalar a las personas que, consideran, estuvieron detrás de aquel ataque, que ha dado pie a un procedimiento por cinco delitos de homicidio, cada uno correspondiente con cada miembro de esta familia, por el que se piden 60 años de prisión a las tres personas que figuran como acusadas.
La madre e hijos integrantes de esta unidad familiar narraron ante el tribunal el tormento de una noche en la que se vieron rodeados de llamas y humo. “Hemos vivido de milagro, podíamos haber quedado muertos. De repente nos quedamos sin casa, nos intentaron matar”, narró una de las afectadas.
Acusó, al igual que el resto de miembros de la familia, a la antigua dueña de la casa en que vivían y a su hijo, M.A.A. y Abselam ‘el chorizo’, que se encuentra fugado. “Ella”, dijo en alusión a la acusada, “nos dijo que íbamos a salir” de esa casa “o vivos o muertos”, advirtiéndoles de que mandaría a su hijo a tal labor cuando saliera de la cárcel.
Esas amenazas fueron corroboradas por todos los miembros de la familia, que narraron ante la Sala cómo antes del incendio provocado eran sometidos a una tortura continuada. “Nos cortaban la luz, nos tiraban basura, hacían ruido...”, explicaron. Y de todo esto culpaban a madre e hijo, que vino a residir en la planta superior nada más salir de prisión, enrareciéndose aún más esas ya de por sí deterioradas relaciones. “Si hubiéramos sabido de esto antes de comprar la casa no la hubiéramos comprado”, aseveró. “Hemos vivido años de terror”.
Un incendio intencionado con líquido inflamable
Esa noche en la que se produjo el incendio intencionado de la vivienda todos los integrantes de la unidad familiar estaban en su interior. Les rociaron líquido inflamable por debajo de la puerta y prendieron fuego provocando que se vieran afectados por las llamas y el humo.
Que hubo peligro evidente para la integridad de todos ellos fue corroborado por los agentes de la Policía Local y Nacional que acudieron a declarar en calidad de testigos y que dejaron claro que el incendio había sido provocado y que las personas que estaban en la casa no tenían medios para poder abrir la puerta y escapar. Que llegaran rápidamente los Bomberos además de la colaboración de vecinos próximos evitó una tragedia.
El Ministerio Fiscal llevó a juicio una calificación provisional por la que reclama la imposición de 12 años de prisión por cada uno de los 5 homicidios pretendidos, lo que suma un total de 60 años para el que está considerado presunto autor material A.A.H. y el matrimonio formado por M.A.A. y M.M.A. No se ha podido localizar ni detener al hijo del matrimonio que habría formado también parte de este plan y que se encuentra fugado.
Siete años desde los sucesos
Han pasado ya 7 años de estos hechos y varias suspensiones de un procedimiento en el que se intentó dar por inválidas las escuchas telefónicas de la Policía que fueron determinantes para llegar hasta los ahora acusados. Y es que la UDYCO estaba efectuando varios seguimientos telefónicos encausados en una investigación de tráfico de drogas cuando dio con conversaciones que tenían relación con otro asunto completamente distinto: este del incendio, lo que les llevó a efectuar una operación policial paralela.
La Sala dio por válidas estas escuchas, en las que se recogen conversaciones entre Abselam ‘el chorizo’ (estando en prisión porque tenía un teléfono móvil) y A.A.H., supuesto autor material de la quema. Este, en su declaración, no negó haber recibido llamadas de ‘el chorizo’, es más, declaró ante el tribunal que estaba siendo presionado para que efectuara esa quema pero que él no lo hizo. Señaló que quien realmente causó esa quema fue ‘el chorizo’ cuando salió de la cárcel. “Yo no tengo corazón para hacer eso, sabiendo que hay gente en la casa”, declaró.
A preguntas de las partes reconoció la existencia de esas llamadas pero insistió en que no cumplió ese encargo, ni cuando le dijo que tenía que prender fuego a la casa “por detrás y por delante, que no quede ni uno”. “Esto es de una persona que no tiene corazón”, declaró. “Él me decía calamidades, me llamaba de prisión para que le hiciera favores... por culpa de eso estoy aquí”.
El supuesto autor material se enfrenta a una condena de 60 años de prisión, salvo modificaciones. A pesar de negar la quema de la vivienda con la familia en su interior, llegó a levantarse y declarar ser el culpable. “Llevo siete años firmando con la justicia, yo he dado la cara... aunque no he sido yo, para terminar con este calvario... me como el marrón, el pobre diablo siempre paga el pato”, declaró, ofreciéndose a asumir una condena. “Todos los vecinos saben que yo no he sido”.
El acusado negó haber quedado con la madre de ‘el chorizo’ para que esta le entregara un dinero tras el siniestro así como que hubiera quedado con otras personas para ejecutar el plan con el único objetivo de que la familia que ocupaba la vivienda se marchara de allí. Las víctimas no le reconocieron en el acto de juicio oral que comenzó este martes y terminará esta misma semana.
Penas de hasta 60 años
El matrimonio que figura también como acusado en este procedimiento se enfrenta a esa misma pena de 60 años. Que estén sentados en el banquillo obedece a que en las escuchas policiales hay conversaciones sobre un plan para quemar la casa y frases que aluden a que la acusada debía hacer una entrega de dinero. Ella, teniendo la oportunidad de declarar, se acogió a su derecho a no hacerlo. Quien sí prestó declaración fue su marido, M.M.A.
Contó al tribunal que vendió una planta del edificio de su propiedad a esta familia, con la que nunca había tenido malas relaciones. El problema llegó cuando dejó de percibir el dinero del agua y de la luz, consumos que él pagaba por adelantado. La decisión fue la de cortar esos suministros, poniéndose, según su testimonio, el punto y final a cualquier relación con la familia.
Según su declaración, cuando su hijo salió de prisión fue a vivir a la tercera planta de ese edificio “y empezaron las malas relaciones”. Dijo que la familia le “avasallaba”, que le habían arrojado ácido a la cara y le habían roto la casa. Negó que él hubiera hecho entrega de alguna cantidad de dinero al considerado autor material para que llevara a cabo la quema de la vivienda.
El matrimonio negó tener algo que ver con la quema intencionada y, de hecho, negaron la consecución de cualquier tipo de acuerdo previo o conformidad antes de la celebración de la vista judicial.
La noche marcada por la tragedia
“Íbamos a saltar por la ventana, el calor y el humo se hacían insoportables”. Así hablaba la familia la noche del suceso a las cámaras de El Faro. La barriada entera salió a la calle alarmada por lo ocurrido y fueron los vecinos los primeros que acudieron en ayuda de la familia, que estaba atrapada en el interior del hogar.
La llegada de los Bomberos permitió que lo que iba a terminar siendo una noche trágica no lo fuera, porque se pudo acceder a la casa y permitir que las cinco personas que estaban dentro salieran.
Siete años después fueron esas mismas personas las que contaron a la Sala que este suceso les había arruinado la vida, porque los hijos tuvieron que dejar de estudiar y atravesaron un periodo de impacto psicológico tremendo. Perdieron toda la vivienda que quedó destrozada y tuvieron que marchar a vivir con familiares. Era el punto y final a un periodo de tiempo que había estado marcado por amenazas de todo tipo. Estas fueron denunciadas en la Policía, pero no se dijo en la vista oral celebrada que hubieran derivado en algún juicio de faltas.
Bomberos y Policía evitó males mayores
El despliegue de los Bomberos y de la Policía Local así como de la Nacional aquella noche evitó males mayores, sobre todo por la asistencia inicial que había que dar a los afectados y por la recogida de pruebas.
Declaró el agente de la Policía Nacional que estuvo de coordinador de servicio, quien apuntó cómo recogieron un trapo empaparado de gasolina, presumiblemente usado para cometer el delito. Según mantiene la Fiscalía y la Acusación Particular, existió un plan preconcebido para provocar este incendio, en el que estarían implicados el considerado autor material que, por encargo, habría prendido fuego a la casa. Quien lo ordenó sería el hijo del matrimonio y estos habrían conocido estos extremos, debiendo abonar el dinero por ese encargo.
Con la vista judicial que ahora llega a la Audiencia se trata de esclarecer la responsabilidad penal de aquellos hechos. En la sesión del miércoles se continuará con las declaraciones e informes finales, conociéndose la calificación que lleve a definitiva el Ministerio Fiscal.
Adivinanza, cosas de Nordicos?
Jajaja