El fiscal pide 35 años de cárcel para Giani A.L, el presunto autor del asesinatoa al dependiente de un bazar chino de en San Roque el 27 de junio de 2016. Aquel día, además, la cuñada de la víctima mortal por más de 20 puñaladas, otra de las dependientas, quedó gravemente herida en un robo de 200 euros en metálico de la caja registradora. Según
informa el Diario de Cádiz, el acusado se enfrenta a delitos de asesinato por alevosía (20 años de prisión), asesinato en grado de tentativa (14 años y 11 meses) y hurto (tres meses de multa de 30 euros diarios). El Ministerio Fiscal solicita también una indemnización para los dos hijos herederos del chino fallecido con 120.000 euros y otra de 25.000 euros para la mujer herida. Tras los hechos, el ceutí se ocultó en la ciudad, donde tiene familiares y domicilio. La UDYCO realizó una investigación en los días posteriores hasta que la Policía Judicial y la UPAC lo detuvieron en la calle, tras salir de Benzú.
En aquel operativo, desplegado en el trayecto Benzú-Benítez, participaron cuatro vehículos de la UPAC de la Policía Local.
Reconstrucción de los hechos del asesinato en el bazar chino
La detención se llevó a cabo tres días después de la jornada del crimen. En el Bazar Súper Cien, el ceutí preguntó a la mujer dónde podía encontrar maquinillas de afeitar y se dirigió a la zona que le indicó. No obstante, el asesino también preguntó por productos de ferretería para llevárselo a un lugar más apartado, donde, aprovechando que ambos estaban solos, le asestó 21 puñaladas con un cuchillo de 20 centrímetros en varias partes del cuerpo, incluidos órganos vitales como el pulmón, el hígado, los riñones o el corazón. El hombre "no tuvo capacidad alguna de reaccionar ante lo inesperado del ataque y la imposibilidad de huir a causa de su incapacidad física", según el fiscal. Las puñaladas provocaron la muerte del trabajador. Tras ello, según la reconstrucción del Ministerio Fiscal reproducida por Diario de Cádiz, el acusado se dirigió al mostrador y, sin mediar palabra, "movido por el ánimo de acabar con su vida", sacó el cuchillo y se lo clavó a la mujer en la parte izquierda del cuello. A continuación, "de una manera fría y calculada", se puso al lado de la ella y le asestó otra puñalada en la parte derecha del cuello. Fue entonces, mientras la cuñada del fallecido se desangraba, cuando se produjo el robo de hasta 200 euros en metánico de la caja registradora. Antes de marcharse, el autor de los hechos llevó a la mujer a los probadores y cerró de las cortinas de los mismos; ella consiguió salvarse porque fingió que estaba muerta, aunque las heridas tardaron en curarse 155 días.