El Ministerio Fiscal solicita que se imponga la pena de 24 meses de internamiento cerrado a los dos menores que el pasado 18 de marzo atracaron un autobús haciendo uso de un spray de defensa personal y una réplica de un fusil de asalto.
Los hechos ya han sido calificados jurídicamente como un delito de robo con intimidación en grado de tentativa, otro de tenencia de armas prohibidas y dos delitos de lesiones leves, por los daños que sufrieron tanto el conductor del vehículo de servicio público como la única pasajera que en ese momento lo ocupaba.
Según las informaciones judiciales a las que ha tenido acceso este periódico, se solicita que los dos menores pasen dos años bajo medida de internamiento en centro cerrado, es decir, en Punta Blanca.
Aunque se matiza que los últimos tres meses sean en libertad vigilada. A esta pena se suman las indemnizaciones de 300 euros para el conductor del autobús y la usuaria por las lesiones y daños morales sufridos, ya que sufrieron los efectos del gas con el que les rociaron en su intento por cometer el robo.
Esta es la calificación inicial que presentará el Ministerio Público al acto de juicio oral para el que todavía no hay fecha, y al que tendrán que asistir los dos adolescentes que llevan, desde su detención, ingresados en el centro de Calamocarro.
Su acción delictiva les ha llevado a esta situación. Ellos fueron los protagonistas de un suceso que causó importante conmoción social y que derivó en otro problema: la suspensión de la línea de autobús en su ruta hacia el Príncipe.
Esa tarde del 18 de marzo, la pareja, de mutuo acuerdo, aprovechó que el chófer de la línea 4 hacía parada en Loma Colmenar. Tenían la intención de robar, según el informe elaborado por la Policía y trasladado al Ministerio Fiscal.
Para tal fin uno de ellos roció spray dentro del vehículo para causar irritación de ojos y garganta en los dos ocupantes, mientras el segundo mostraba un arma larga de imitación, en concreto un fusil de asalto Colt M4.
Les exigieron que les hicieran entrega del dinero, pero no pudieron perpetrar el robo ante la negativa de las víctimas y debido a la compostura que mantuvo el conductor, lo que hizo que huyeran a la carrera del lugar.
Ese episodio causó consternación, agravada al producirse un segundo atraco esa misma noche y en la misma parada, cometido por otras personas que no han conseguido ser detenidas todavía por la Policía.
En este segundo caso también se usaron armas, cuchillos y palos, llevándose la recaudación y amenazando a todos los ocupantes del bus, escapando del lugar. La línea de investigación en torno a este segundo caso nunca se cerró, pero tampoco ha dado resultados.
Los dos adolescentes que están internados por el primero de los sucesos pudieron ser interceptados por la Policía después de identificarlos y contando con la colaboración ciudadana.
Ahora los dos tendrán que responder de sus hechos, que marcan una vida de sesgo en el ámbito educativo ya que, aunque escolarizados, o bien presentan un alto grado de absentismo escolar o poco interés en el aprendizaje.
Precisamente que se solicite que los tres últimos meses de internamiento sean bajo libertad vigilada es para posibilitar ese seguimiento escolar, adoptándose además medidas por parte del Área de Menores en busca de reorientar los perfiles de quienes han terminado torciendo su futuro por otros caminos ajenos al de la formación.
18 de marzo: se produce el atraco pasadas las 14.00 horas. Los dos implicados aprovechan la parada del bus, de la línea 4, en Loma Colmenar para proceder a entrar en el vehículo e intentar perpetrar el atraco. Para ello portaban un fusil simulado además de un spray con gas pimienta para causar irritación de ojos y garganta a todos los que estaban en el interior del vehículo.
Detenciones a las 48 horas. La Policía da un paso importante al identificar a los dos menores, lo que lleva a que la detención de ambos sea más sencilla. Los dos son interceptados en sus propias barriadas y presentados en el juzgado, ordenándose como medida cautelar el ingreso en el centro de Punta Blanca en donde todavía continúan a la espera de juicio.
Perfiles: Fracaso educativo. Los menores cursan ESO (1º y 2º) pero arrastran un perfil educativo marcado por el fracaso, lo que les ha llevado a orientar sus acciones por el camino de la delincuencia como ocurrió cuando dieron el paso de cometer este atraco. El Área de Menores intentará reconducir, con las medidas que se impongan, este tipo de perfil y cuadro.
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