Dieciocho meses de prisión y una indemnización de 20.900 euros es la pena a la que se enfrenta K.A. por un delito de hurto que se cometió el pasado 12 de junio en la sucursal de Bankia, sita en la calle Teniente Coronel Gautier.
La vista oral se celebró pese a que el acusado no compareció en el juicio, por lo que se dio lectura a la declaración que en su día hizo en el Juzgado de Instrucción y en el que admitió haber cogido el dinero, aunque su intención no era robar. Además, reconoció su adicción a las drogas y que había empleado la cantidad sustraída para adquirir sustancias estupefacientes.
La declaración de uno de los trabajadores de la sucursal aludió a que fue informado del robo por otro empleado y que pudieron constatar el hurto a través de las cámaras de seguridad, donde quedaron recogidas las imágenes de la sustracción.
El segundo de los empleados indicó que los hechos se produjeron una vez la sucursal había cerrado al público y él se encontraba solo en el interior del banco.
Cuando se disponía a introducir en la cámara acorazada la cantidad de 20.900 euros, colocada en una bandeja a la entrada del búnker, se percató de que el dinero había desaparecido y que la puerta de entrada estaba abierta.
La Fiscalía centró sus conclusiones en el reconocimiento de los hechos por el acusado durante la fase de instrucción y en las imágenes de las cámaras de seguridad que captaron el momento del robo, mientras que la Defensa argumentó que las únicas pruebas para imponer una condena deben presentarse en la vista oral y no en el Juzgado de Instrucción.