En junio de 2022 la Policía Nacional llevó a cabo un operativo en Ceuta contra el tráfico de inmigrantes deteniendo a tres personas en Loma Colmenar.
No fue una actuación cualquiera, los investigadores siempre sospecharon que los arrestados tuvieron algo que ver con la desaparición en el mar de cinco marroquíes. Pero una cosa son las sospechas y luego el recorrido judicial final al que se consigue llegar.
Khalid, Mohamed Said, Ibrahim, Hamza y otro joven llamado también Ibrahim habían llegado a la ciudad en la famosa entrada masiva de mayo de 2021. Tras llamar a sus familias para indicarles que iban a partir a la Península nunca más se supo de ellos.
Hoy, de hecho, nadie conoce dónde se encuentran. Su ausencia tan solo quedó recogida en las crónicas de la época asociadas a la inmigración.
Los cinco marroquíes, procedentes en su mayoría de Tetuán, se habían conocido tras el bordeo masivo de los espigones. Juntos, se supone, iban a cruzar el Estrecho previo pago de entre 2.000 y 2.500 euros.
La Fiscalía considera que dos de los 3 arrestados en ese operativo son responsables de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros agravado por la comisión con ánimo de lucro y peligro para la vida.
Solicita por ello una pena de 8 años de prisión para cada uno; en el caso del tercero, el sobreseimiento de la causa. Así se desprende de las informaciones judiciales a las que ha tenido acceso este periódico.
En base a las investigaciones que en su día coordinó la UCRIF, el Ministerio Público mantiene que los dos acusados se coordinaron para ayudar al pase de esos cinco marroquíes de los que se desconoce el paradero.
Aunque la Policía sostiene en su investigación que murieron en aquella travesía del 16 de junio de 2021 que partió de la playa de San Amaro, sus cuerpos nunca fueron encontrados por lo que no se contempla en la calificación inicial de la Fiscalía la existencia de un delito de homicidio que sí fue barajado durante la instrucción del caso.
Las sombras marcan todo lo que ha rodeado esta historia por el nulo esclarecimiento del paradero de estos jóvenes.
La Policía rastreó cualquier posible ruta, llegando incluso a contactar con las autoridades gibraltareñas por si habían llegado a la Roca y estaban presos. Nada, el rastro se perdió ese 16 de junio.
Ahora solo queda que la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz con sede en Ceuta dicte apertura de juicio oral.
El Ministerio Público considera que los dos acusados fueron responsables de la organización de un pase temerario en el que no se cumplieron las mínimas normas de seguridad y cuya dirección se dejó en manos de uno de los inmigrantes.
Se entrará ahora en la fase judicial de este asunto, aquella en la que debe fructificar el dictado de una resolución después de que policialmente se diera por terminada la investigación que sacó a la luz la existencia de una particular vivienda patera que servía para la ocultación de inmigrantes.
Estos eran captados para su entrada en Ceuta y después permanecían ocultos y hacinados en viviendas hasta que se formalizara la salida a la Península. En la incursión policial desarrollada en Loma Colmenar se dio no solo con embarcaciones sino también con motores que quedaron intervenidos.
La red tenía una vivienda de seguridad, una casa grande con dos plantas y un sótano que era el que servía a modo de garaje para hacinar a los inmigrantes.
El dinero que daban a la organización era entregado por familiares en Marruecos a través de terceros, encargados de hacer el cambio de divisas, el conocido como sistema hawala, por el que otros hacen los pagos en persona sirviendo de portadores.
La UCRIF contó con declaraciones de testigos y avanzó en la investigación tras una denuncia presentada en Málaga que permitió esclarecer uno de tantos casos relacionados con el tráfico de personas que proliferaron tras la entrada de miles de marroquíes aprovechando, en 2021, la nula vigilancia en las fronteras de Marruecos.
Lo que ni la Policía Nacional ni la Justicia han podido aclarar tras el final de la instrucción de este asunto es qué pasó con este grupo de amigos que unió sus vidas en Ceuta cerrando aquí su periplo clandestino.