“Desde una perspectiva global estamos siendo miopes en el desarrollo vacunal”

El jefe de la unidad de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta, Julián Domínguez, responde a cómo ha afectado a su área la aparición de la pandemia y los distintos escenarios que se plantean tal y como se presenta la situación epidemiológica actual, donde destaca la escasa importancia que se le está dando desde una visión más universal, en tanto que en los países occidentales se habla ya de una tercera dosis de la vacuna cuando buena parte del mundo carece, incluso, de una de las dosis. De esta forma, para Domínguez, se hace complicado llegar a un control y erradicación eficaz del virus.

-¿Qué papel está jugando la medicina preventiva en la pandemia de la covid?

–La medicina preventiva está jugando un papel fundamental, no solo en la parte de la especialidad, sino también en lo que es en conjunto la formación en salud pública. Durante la pandemia desempeña un papel fundamental en el rigor metodológico de estudio de la pandemia y también para la toma de decisiones a nivel de las autoridades sanitarias y, particularmente, las decisiones de política sanitaria.

En este caso concreto, ha propuesto desde cambios de estrategia e incluso, a veces, no siguiendo siempre la estrategia nacional, sino adaptándola de una forma precisa a Ceuta. Particularmente en la primera onda pandémica fue una estrategia de contención la que propusimos; en la segunda fue, sobre todo, diagnóstica; ya de la tercera a la quinta onda ha sido una estrategia mixta aunque fundamentalmente de cribado sobre el terreno en el sentido que se han ido modificando la realización de pruebas e introduciendo nuevas estrategias diagnósticas en colaboración con el resto de especialistas, tanto de laboratorio como con la dirección y la Atención Primaria y las urgencias hospitalarias, porque ahí se toman también decisiones de modificación de unidades, de creación de nuevas unidades en un momento dado o de transformación, como la unidad de cuidados intermedios en urgencias o la de plantas específicas. El papel que ejerce la Medicina Preventiva es fundamental en el control de la pandemia.

-A raíz de la pandemia ¿han crecido los servicios que presta su unidad?

–Han crecido exponencialmente pero tanto los servicios de Medicina Preventiva como los de Prevención de Riesgos Laborales, en nuestro caso coexisten ambos servicios en una misma unidad, aún no se han desarrollado suficientemente. Siguen siendo ‘niñas pobres’ en el conjunto de la sanidad nacional. No es que pase solo en Ceuta, pasa en el resto del país e incluso en otros países . Aún cuando se han potenciado sustancialmente, aun queda mucho camino por recorrer. Estamos infradotados porque no se ha dado el valor que debe a la Medicina Preventiva ni a la Medicina del Trabajo.

-¿Los servicios de prevención han sido suficientes para frenar la transmisión del virus?

–No, porque la dotación no ha sido suficiente. Ha habido que hacer de tripas corazón, y adaptarnos en un inicio fue ‘solos ante el peligro’ en el control epidemiológico, luego ya se fue incrementado, sobre todo con personal de enfermería y gracias también a que, en el caso de Ceuta, nuestro servicio es un servicio docente, con médicos y enfermeros del trabajo, y con médicos de medicina preventiva. Eso es lo que nos ha dado el éxito en el control epidemiológico desde la Medicina Preventiva. En este caso, si solo hubiéramos estado los especialistas de plantilla, hubiera sido muy complicado llegar al nivel de rigor que hemos tenido.

-¿La medicina preventiva se ha descuidado con el resto de enfermedades por la pandemia?

–Sin duda. Es un drama que lo estamos viendo ya y que lo veremos con más intensidad después de la pandemia. Hacía mucho tiempo que no veíamos casos de tuberculosis respiratorias avanzadas con resultado, incluso, de muerte. ¿Qué significa eso? que ya hay enfermedades clásicas como la tuberculosis que están empezando a emerger y de una forma grave. También ha pasado con algunos tipos de patologías, incluso con terapéutica quirúrgica y otras enfermedades muy graves que no han sido estudiadas todo lo diligentemente que se debería porque había que tratar el covid y preocuparse de la pandemia, pero no es un caso exclusivo de Ceuta, pasa en muchos más sitios y vamos a pagar ese ‘peaje’ una vez que acabe la pandemia igual que pagaremos un peaje económico muy duro.

"El papel que ejerce la Medicina Preventiva ha sido y es fundamental en el control de la pandemia”

-¿Se ha modernizado la medicina preventiva con la pandemia?

–Hemos mejorado mucho en cuanto el tipo de actividad que ya sabíamos que debíamos hacer, el tipo de contacto, de metodología, se ha podido hacer con los recursos.

Se ha modernizado en el sentido de las capacidades organizativas. Ahora, en cuanto a modernización de tecnología, aún nos falta un gran espacio que recorrer, porque hay muchos elementos de Big Data, muchos de tecnologías de la información, en los que hemos avanzado en un sentido de conexión entre áreas, no solo hospitalarias o de atención Primaria también con la Consejería de Sanidad, que antes no nos lo planteábamos, al menos de la forma tan rápida y directa que se hace en este momento. Se ha mejorado parcialmente pero queda un largo trecho.

-¿Cree que la llegada de nuevas variantes puede impulsar una nueva onda epidémica?

–Tenemos una espada de Damocles muy importante y es el hecho de que tenemos unos países con una población enorme que aún no tienen todavía capacidad de vacunación y en los cuales pueden aparecer variantes que se extiendan de una forma importante. La nueva derivada de la variante Sudafricana puede darnos un gran susto, pues ya se está desarrollando en países próximos como Portugal y además se ha extendido a otros como Congo, en donde hay una gran cantidad de personas que no están vacunadas y su capacidad de expansión puede dar la mala evolución, muy negativa, que pudiera desarrollarse una variante que sea más resistente.

Lo cierto es que esa variante tiene doce mutaciones, e incluye las de la Alfa y la Delta, en definitiva contempla prácticamente las mutaciones fundamentales que ha hecho que las variantes sean más transmisibles y que tengan un cierto grado de escape vacunal.

Estamos siendo miopes en el desarrollo vacunal; estamos ya hablando de vacunarnos con varias dosis cuando hay parte del mundo que no dispone ni de una. El concepto es que es preciso tener una visión universalista, de poco sirve hacer las cosas si no es con una perspectiva global, al final esto redundaría en todos.

¿Qué se ha aprendido de la pandemia?

¿Que si hemos aprendido de la pandemia? Mucho. Aprendemos muchísimo. La pandemia es una gravísima lección a la prepotencia occidental y la prepotencia de los países más desarrollados, que pensamos que esto era una cosa que venía de China, con pocos casos y al final esto se ha extendido de una forma rapidísima.

Pensamos que el Sistema Nacional de Salud iba ser capaz de frenar lo que llegara y, sin embargo, el sistema hizo aguas, en el nivel hospitalario donde se pidió actuar de una manera; en las residencias, donde no existía un verdadero apoyo sociosanitario no solo cualificado sino también en número; e hizo aguas en la Atención Primaria que ya desde hace muchos años necesitaba una nueva reforma para adaptarla a los condicionantes de una pandemia y de la propia Atención Primaria en sí.

En este caso, la atención domiciliaria era la clave y seguimos en pañales. Faltan médicos de atención primaria, faltan médicos en urgencias y faltan especialistas, no solo en medicina preventiva, sino en medicina interna, en medicina de familia.

El sistema tiene que pensar que si quiere dar una calidad adaptada al siglo XXI tendrá que modificar todo eso si lo podemos pagar. Si no, habrá que priorizar.