La Protectora de Animales de Ceuta acoge en sus instalaciones a perros de razas muy diversas y con personalidades muy diferentes, algo que hace único a cada uno de estos animales. Además, también tienen canes con alguna discapacidad física o neurológica, como los perros que hemos conocido en una visita a este lugar.
A pesar de sus problemas, eso no impide que hagan su vida normal y que sean perros con ganas de recibir el cariño de una familia que los quiera, mime y cuide. Puede dar miedo adoptar a estos perros, pero hay que resaltar que no necesitan un cuidado especial, tal y como hemos comprobado.
Hela, de siete años, es sorda de nacimiento pero “súper cariñosa, muy amorosa y no requiere ningún tipo de tratamiento. Lo único que no la puedes asustar por detrás porque puede reaccionar al no esperarlo pero por todo lo demás hace su vida completamente normal”, resalta Andrea Ruiz, vicepresidenta de la Protectora.
Serem también está empezando a desarrollar una sordera debido a su edad ya que tiene 12 años y es la “abuelita” de las instalaciones. Tan solo lleva en torno a un año y medio en la Protectora y además de la sordera, tiene los achaques de la edad y leishmania. Aún así, “es una perra excepcional, aquí estamos todos enamorados de ella”, asegura Ruiz. Tanto que iba a ser adoptada pero al no saber convivir con gatos, no pudieron continuar con los trámites.
Por su parte, Jack ha sufrido la amputación de una pata, aunque eso no le impide andar ni correr como cualquier otro perro. “Es ideal para quien le guste andar y correr y para quien le guste tener después un perro en la casa tranquilo”, indica Sandra López, presidenta de la entidad.
Horus es “el perro más feliz de la Protectora”, asegura. Padece problemas neurológicos debido a las palizas que recibió, aún así es muy cariñoso y se merece una familia que lo cuide. “Es un perro muy inocente y todo lo que tiene de grande lo tiene de bonachón, es súper noble”.
En cuanto a Sire, tiene una cojera que no le impide saltar y jugar y tiene toda una vida por delante. Aún no saben a qué se debe esa cojera, pero “él hace su vida completamente normal, solo que a tres patas, con su vitalidad normal”, sostiene la vicepresidenta.
Regaliz sufre de leishmaniosis, algo que puede frenar a una familia a la hora de adoptarlo pero respetando su tratamiento no hay que tener miedo. De este perro, Sandra López también quiere reflejar “que están los especiales desde el punto de vista emocional y a veces los perros tienen su mochila”. En su caso, “tiene miedo a las personas, pero si te lo ganas vas a tener una joya”, expresa.
En último lugar hemos conocido a Lina, que será operada para amputarle la cola y necesita una familia rápido para darle los mejores cuidados posibles. Y es que padece una especie cáncer, algo que ha impedido su adopción. “Para evitar una metástasis, se le va a amputar la cola y luego podrá hacer una vida normal”, añade Sandra López.
En definitiva, unos animales que se merecen mucho cariño.
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