La situación no es nueva, pero no por ello deja de preocupar sobremanera a los vecinos de San Antonio. La presencia de perros salvajes en los alrededores de la zona tiene en vilo a los habitantes de la barriada que, la madrugada del pasado martes, fueron testigos de un violento capítulo. Sobre la 1.30 horas un grupo de perros abandonados atacó al gato de uno de los vecinos. Al parecer, el animal intentó huir desde su hogar hasta el patio de otro residente donde la manada de perros lo acorraló hasta darle muerte. “Me despertó una vecina para decirme que los perros se habían colado en su patio persiguiendo a mi gato y allí lo mataron. Ni siquiera me han dejado verlo porque está destrozado, se han ensañado con él”. Es el duro testimonio de María José Suárez, la propietaria del animal que ayer vivió este trágico suceso.
Los vecinos vienen denunciando, desde hace tiempo, este problema, al parecer de difícil solución. “Ahora ha sido mi gato, pero tengo un hijo de 12 años que saca a la perra a pasear y un día pueden atacarlo. El problema viene de tiempo atrás y las autoridades no se quieren hacer cargo. ¿Cuando ataquen a una persona empezarán a tomar medidas?”.
Aunque la víctima en esta ocasión se trata de un gato doméstico, la manada de perros, integrada por unos seis animales, ya ha intentado agredir a otros vecinos de la zona. “Ya intentaron atacar a una señora que iba con sus perros por el Hacho, pero les lanzó una piedra, se asustaron y huyeron”, explica Suárez. No se trata de “hechos aislados, -insiste-, porque ya ha ocurrido en distintas zonas de la ciudad”.
Fruto del abandono humano, estos perros viven asustados y hambrientos, lo que les lleva a internarse en zonas urbanas donde buscar sustento. Tal vez esta necesidad les hizo adentrarse hasta el centro de la ciudad, donde varios testigos los han podido ver hurgando entre las basuras. La parte más dramática se ha vivido en las colonias controladas de gatos, donde varias crías han muerto a manos de estos perros asilvestrados.
La Consejería de Sanidad ha puesto jaulas-trampa para la captura de estos animales, aunque este método no está resultando eficaz. El empleo de dardos tranquilizantes tampoco es el procedimiento más adecuado ya que, tras el disparo, el efecto de la anestesia suele tardar unos diez minutos, tiempo más que suficiente para que el animal huya y se esconda sin que pueda ser localizado. Ante ello, desde Sanidad están barajando nuevas medidas encaminadas a la captura de la manada de perros asilvestrados.
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