Opinión

El periodista

Esto no es un relato. Es la historia resumida de un buen periodista: Llevaba más de cuarenta años en el oficio. El oficio de la verdad. Un día, pergeñó un artículo demoledor sobre un político.

Antes de publicarlo, el director del periódico, lo llamó a su despacho y le comunicó que aquel excelente artículo no sería publicado.

Básicamente por dos razones. Primera: atentaba contra la Línea editorial del periódico. Segunda: La supervivencia del mismo, dependía de las subvenciones estatales, si las cuales la Empresa, caería en bancarrota.

La información había sido plenamente contrastada con diversas fuentes y ( lo más importante) contaba la verdad de los hechos, con pruebas irrefutables.

Ante las argumentaciones del periodista, el director no tuvo más remedio que ponerse “borde” y le amenazó con prescindir de su firma en el futuro.

El viejo periodista supo al instante que la batalla la tenía perdida, pero en su mente urgió su venganza.

Le solicitó al director, cubrir la rueda de prensa del presidente de la nación, prometiéndole una intervención suave y políticamente correcta, según los cánones de su empresa editorial. El director, a pesar de su intuición, se lo concedió.

Y llegó el día de la rueda de prensa, rodeado de periodistas subvencionados, a los que se les proporcionaba el micrófono en primer lugar.

Esperó pacientemente hasta el final y cuando le pasaron el micro, se puso de pie, se identificó y le lanzó a bocajarro esta pregunta a su interlocutor:

-Presidente... ¿en qué momento perdió usted su dignidad?.

El revuelo fue clamoroso y la jefa de Prensa del presidente, abortó inmediatamente dicha rueda, mientras el presidente abandonaba la sala, con semblante contrariado.

Eduardo , como así se llamaba el periodista, exhibió una sonrisa sarcástica y cuando la sala quedó desierta, supo perfectamente que justo en ese momento, se había acabado su carrera.

Pero sintió en lo más profundo de su corazón, que había hecho lo correcto y que, al menos, él sí había mantenido su compromiso con la verdad. Eso sí, a costa de su profesión.

P.D. Esta historia se dio en Venezuela.No creo que ocurra nunca en España.

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