José Manuel Pérez Rivera, quien dirige la excavación a través de la que se han puesto al descubierto los restos de un horno dedicado al procesamiento de metales, ha reconstruido una jarra del siglo XII que se recuperó en este lugar. Se trata de una jarra casi completa, decorada con la técnica de cuerda seca parcial. Tiene motivos vegetales y destaca el llamado cordón de la eternidad.
Tal y como ha explicado Pérez Rivera en una conversación con este medio, las piezas de esta jarra fueron halladas en el interior de la cámara del horno, motivo por el que no se perdieron.
Esta jarra, explica Pérez Rivera, tiene un gran valor simbólico y es una jarra completa, algo muy difícil de encontrar.
Del interior de este horno que fue descubierto en la calle Eduardo Pérez se han recuperado abundantes restos de fundición (escorias) que están en proceso de análisis en el laboratorio para intentar esclarecer los tipos de minerales que se utilizaron y la fase del proceso metalúrgico que se realiza en dicho horno (reducción, tostación, forja, etc.).
La excavación la dirige Pérez Rivera y ha contado con la ayuda de dos auxiliares de excavación: Mustafa Layachi y Latif Tribak.