Los alumnos de segundo ciclo de
Educación Infantil del
Colegio Concertado La Inmaculada de Ceuta están a punto de dar un paso crucial en sus vidas. Los pequeños han superado con éxito su primera etapa escolar y pasarán a Primaria, por lo que este miércoles 14 de junio
se han graduado en una tarde tan especial para los pequeños como para sus profesores y familiares.
La mañana en el centro estuvo ajetreada con los preparativos, pero mereció la pena. Los protagonistas, cuarenta y siete niños y niñas de entre los cinco y seis añitos de edad, aparecieron por el soleado patio rebosando ilusión y vestidos a juego para el gran día: polo blanco de manga corta con el escudo de la institución, pantalón corto del chándal oficial y tenis, calcetines y accesorios del pelo también blancos. Allí les recibió su directora, Ana Valero, quien tras más de 25 años en Educación Infantil, quiso poner de relevancia lo importante de este momento en la educación de los infantes, a los que se dirigió cariñosamente para contarles una bonita historia: la suya y la de su tiempo hasta el momento en el colegio.
Tras el hermoso momento, en un ambiente cercano y festivo, los pequeños se lanzaron a bailar en grupos. Llevaban tiempo ensayando y sus movimientos hicieron las delicias del público, que incluso se animó a participar y mover la cadera con soltura hasta el suelo. A continuación recibieron sus bandas y también unos bonitos obsequios.
A continuación les tocó hacer de modelos y posar para una foto. La primera oficial ya como graduados. Era un momento para estar orgullosos y los progenitores no tuvieron reparos en deshacerse en elogios, aplausos e incluso lágrimas de emoción al ver a sus retoños escalar satisfactoriamente en su vida escolar. Móvil en mano se afanaron por inmortalizar también en fotos y vídeos cada segundo de la jornada.
Con el corazón lleno pero el estómago vacío, culminaron la tarde con una merienda organizada por la Asociación de Madres y Padres de Alumnos.
También los mentores de los alumnos durante su primera etapa escolar tuvieron su reconocimiento. Las docentes recibieron con inmenso cariño unos ramos de flores que simbolizaban el agradecimiento del centro por su labor. Un esfuerzo diario que hará que siempre echen de menos a los pequeños que pasaron anteriormente por sus aulas.
Como es propio de esta temporada,
los colegios de la ciudad acogen estos actos que significan mucho para todos esos estudiantes que ven cumplida una meta más en un recorrido educativo que en este caso en particular apenas comienza, pues para estos pequeños todavía falta mucho por recorrer y más todavía por aprender.