Si en algo han fallado todas las formaciones políticas en estas elecciones europeas ha sido en la inexistencia de empatía, de capacidad de arrastre e ilusión para unos ciudadanos que optaron por hacer otras tantas cosas distintas a ejercer su derecho al voto.
La bajada en el tanto por ciento de participación ha llevado a la pérdida de unos 10.000 votos. Es la reacción a una campaña que no ha calado en la ciudadanía, que ni siquiera ha servido a modo de ejercicio didáctico para mostrar la importancia de cumplir con este derecho.
La campaña electoral ha sido un espejismo para muchos partidos que ni siquiera han hecho comparecencias. En el caso del PSOE, formación de ámbito nacional, no ha contado con visita nacional, ni hizo cierre de campaña, ni comparecencias y tampoco ha contado con la presencia de la candidata en la jornada clave. Todo un despropósito.
Vox anunció dos candidaturas y una ni siquiera se ha visto, argumentándose que forma parte del equipo de Madrid. Pareciera que la propia campaña la usurpara Juan Sergio Redondo en un personalismo sin parangón.
Europa y sus decisiones importan mucho en Ceuta, no solo por inversiones sino por situaciones críticas como las que se pueden registrar en una ciudad frontera que ya vivió periodos críticos como la entrada masiva de mayo. Europa importa y es clave, lo fue en ese momento, como para que no se haya sabido trasladar ese pensamiento a los propios ceutíes.